Estación Quilmes: 03/01/2010 - 04/01/2010

  Daniel Freidemberg

31 de marzo de 2010



Abril (VIII)

Había que, dijeron, blindar,
yo lo creí, para escribir, la rosa,
pero al fin blindamos
sitios para escribir, era que el aire
tocaba el nervio, y yo no quise,
no quiero gritar. Escrito en un
Mc Donald’s de barrio: descubrí
la gran pasión, la mayor de todas,
la que se cambia, como el dinero, por todas:
la Indiferencia. Escrito en un Mc Donald’s
de barrio: Indiferencia. No supe, no
quise blindar las palabras:
miren estos agujeros, estos tropiezos, esta confusión.



Daniel Freidemberg
Argentino
De “En la resaca” Ed. Paradiso (2007)


Obra: Choco- Cuba - La flauta

  Marosa di Giorgio Medici

30 de marzo de 2010




Una terrible mariposa negra llegó a la noche y se posó en el techo. Sabía todos los juegos sexuales. Aterrados nos hicimos los desentendidos. Pero ella bajó; hasta murmuró algo; a uno, le pegó en el rostro; a otro se le paró en el pecho; yo corrí, llamando a alguien que no estaba, la casa solitaria, el viento.
Ella me cercó, me conminó; a cada uno, cercaba y conminaba. Estuvo activa durante toda la noche; logró, paso a paso, sus designios. En el alba se fue sobre las arboledas.
Cerramos, dos veces, las ventanas, las cortinillas. Que no llegase, nunca más, el día. Huimos a la oscuridad, locos de miedo y de vergüenza.



Marosa di Giorgio
Uruguay
de “Carros fúnebres cargados de sandías” en “Papeles Salvajes II”. A. Hidalgo Editora.


Obra: Fuego - Arcimboldo

  Marosa di Giorgio Medici

29 de marzo de 2010



40

Yo estaba adentro del tronco de la magnolia arrollada como un caracol.
Vino mi madre con su diadema de tres pisos hecha con brillantes, piedras que adentro tenían agua, y quedaban irisadas, y huevos de codorniz; en contraste, el vestido era gris y simple; pero los tallos, los zancos, parecían de cristal. Yo dije: - Bájate.
Y ella dejó los adminículos de vidrio; yo dije, “Acércate”, y ella inclinó la cabeza, de donde empecé a sacar auqellas cosas que resultaron ser caramelos, yemas confitadas, copos de sal y azúcar.
Yo preparé con eso, sucesivas y rápidas meriendas, que di a las muñecas y a pequeñas amigas que venían al minuto.
Mi madre se fue; a colmar la corona, nuevamente.
Y pasaban pájaros por todos lados, en número casi alarmante, por todos lados, finos como flechas, como líneas, que en algo doblaba el viento. Pero, había otros, oscuros, gruesos, grandes, graznaban; eran Pavos; graznaban.
Y tenían las mejillas flotantes.



Marosa di Giorgio
Uruguay
del “El Mar de Amelia” en “Papeles Salvajes II” . A.Hidalgo Editora

(Salto, 1 de enero de 1932 - Montevideo, 17 de agosto de 2004), poeta uruguaya que también se aventuró con la prosa erótica y la novela en sus tres penúltimas obras.
Descendiente de inmigrantes italianos y vascos comenzó a publicar en los años 50, y en los dos tomos de «Los papeles salvajes» (1989 y 1991) recopiló sus poemas publicados hasta entonces.
Obra publicada: Poemas (1954); Humo (1955); Druida (1959); Historial de las violetas (1965); Magnolia (1968); La guerra de los huertos (1971); Está en llamas el jardín natal (1975); Clavel y tenebrario (1979); La liebre de marzo (1981); Mesa de esmeralda (1985); Los papeles Salvajes (recopilación), Primer tomo (1989); La falena (1989); Membrillo de Lusana (1989); Los papeles Salvajes (recopilación), Segundo tomo (1991); Misales (1993); Camino de las pedrerías (1997); Reina Amelia (1999); Diamelas a Clementina Médici (2000); Rosa mística (2003)



Obra: la primavera - Archimboldo

  Isidoro Blaistein

28 de marzo de 2010



Balada del Boludo

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
no mires las estrellas para abajo
no mires la lluvia desde arriba
no camines las calles con la cara,
que ensucias la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia,
que se moja;
no des la espalda al llanto
no vayas vestido de ventana
no compres ningún tílburi en desuso.

Mira a tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu tío el justo
que almuerza y se sonríe.
Mira tu primo el probo
puso un banco en el cielo
tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia
tu otro primo el sagaz
que es gerente de la luna.

-Tienes razón, mamá-
dijo el boludo.
Y se bebió una rosa.
- No seré más boludo.
Y se bajó del viento.
- Seré astuto y zahorí.
Y dio vuelta una estrella para abajo.
Y se metió en el subte.
Y quedaron las gaviotas en el río.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
- Eres pobre pero ningún boludo.

Y el boludo fue ningún boludo,
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño
y llegó fin de mes
cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Edntonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
- Has vuelto a ser boludo.
- Boludo.
- Seguirás siendo siempre el mismo boludo.
- Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
- Seguirás siendo un boludo siempre.

- Debes dejar de ser boludo.
- Boludo.
Y, medio boludo
con esos cinco minutos de boludo
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.

Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas
la gente le pisaba la cabeza
y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces,
vino un alegre y le dijo:
boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
te quiero.

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El escritor argentino se explaya sobre el lenguaje, la perdida de sentido de los terminos “boludo” y “chabón” con el correr de los años. (28/9/2002)

Emitido en Radio Nacional Domingo 13 de Diciembre de 2009


Isidoro Blaistein
Argentino
de “Rosebud” en Cuentos Completos. Ed. Emecé 2004
Nació en Concordia, Argentina, el 12 de Enero de 1933.
Combinaba el ejercicio de la literatura con su oficio de librero de barrio, tras haber sido publicista y fotógrafo de niños. Colaboró con la revista "El escarabajo de oro" y con diversos medios periodísticos argentinos.
Su amplia obra narrativa se inicia en 1965 con su libro de poemas Sucedió en la lluvia, y desde entonces ha obtenido diversos premios literarios.
Desde 2001 fue miembro de la Academia Argentina de Letras, y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
Falleció el 28 de agosto de 2004.
Obra publicada: Sucedió en la lluvia (1965); La felicidad (1972); El mago (1974); Dublín al Sur (1980); Cerrado por melancolía (1982); Cuentos anteriores (recopilación 1982); Anticonferencias (1983); A mí nunca me dejaban hablar (1985); Carroza y reina (1986); Cuando éramos felices (1992); Al acecho (1995); Antología personal (1997); Voces en la noche (2004); Cuentos completos (2004).


Obra: Tarsila do Amaral

  Roberto Jorge Santoro

27 de marzo de 2010



I

cuánta gente que equívoco caca da
que vive en las farmacias inyectándose ingle en la
epidermis
que viaja en los colectivos con un televisor portátil
qué de tardes con los mocasines puestos
y portafolios de sonetos sin poetas
de poetos sin sonetas
y ortafolpios
un vientre se independizó de una mujer y acusa en las
veredas
a las chicas que van a estudiar el piano
los fabricantes de cinturones están desesperados
porque una monja a las cuatro de la mañana descubrió
su sexo
y quiere besar a todo el mundo
un hombre con una bicicleta se subió a una chimenea
y tiene hambre
la puerta del baño trabaja incansablemente
y le han hecho juicio de desalojo a la esperanza
voy a tomar un café



Roberto Jorge Santoro
De "UNO MÁS UNO HUMANIDAD"

Nace el 17 de abril de 1939 en Buenos Aires, hijo de obreros. Tuvo varios oficios para poder subsistir: pintor, vendedor ambulante, puestero en un mercado, tipógrafo y preceptor en una escuela industrial, sin embargo, su contribución radica en la poesía. Fundó y dirigió El Barrilete, revista literaria donde por primera vez se dio cabida a los poetas del tango: Carlos de la Púa, Celedonio Flores, Homero Manzi. Otras publicaciones en las que colaboró fueron La Cosa, Gente de Buenos Aires, Papeles de Buenos Aires, La Pluma y La Palabra.
El mismo solía presentarse así: "sangre grupo A, factor RH negativo, 34 años (en 1973), 12 horas diarias a la búsqueda castradora, inhumana, del sueldo que no alcanza. Dos empleos, escritor surrealista, es decir, realista del sur. Vivo en una pieza. Hijo de obreros, tengo conciencia de clase. Rechazo ser travesti del sistema, esa podrida máquina social que hace que un hombre deje de ser un hombre, obligándolo a tener un despertador en el culo, una boleta de Prode en la cabeza y un candado en la boca". (Reportaje concedido a la revista Rescate en octubre de 1973).
Roberto Jorge Santoro fue secuestrado y desaparecido por la dictadura el 1 de junio de 1977.
Poesía: Oficio desesperado (Ediciones Cuadernos del Alfarero, 1962); De tango y lo demás (Editorial Barrilete, fragmento 1962, versión completa 1964); El último tranvía (Editorial Barrilete, 1963); Nacimiento en la tierra (Ediciones Cuadernos Australes, 1963); Pedradas con mi patria (Editorial Barrilete, 1964); En pocas palabras (Ediciones Hechas a mano, 1967); Literatura de la pelota (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971; ediciones Lea, 2007); A ras del suelo (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971); Desafío (Editorial Gente de Buenos Aires, 1972); Uno más uno humanidad (Ediciones Dead Weight, 1972); En esta tierra lo que mata es la humedad (tragedia musical representada en Buenos Aires, 1972); En esta tierra (canciones; música de Raúl Parentella; canto Kiko Fernández; Music Hall, 1972, disco L.P.); Poesía en general (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1973); Cuatro canciones y un vuelo (Editorial Gente de Buenos Aires, 1973); Las cosas claras (anti-libros "La trenza loca", 1973); Lo que no veo no lo creo (canciones; música y canto Jorge Cutello, 1974); No negociable, carpeta (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1975)

  Irene Gruss

26 de marzo de 2010



Mientras tanto

Yo estuve lavando ropa
mientras mucha gente
desapareció
no porque sí
se escondió
sufrió
hubo golpes
y
ahora no están
no porque sí
y mientras pasaban
sirenas y disparos, ruido seco
yo estuve lavando ropa,
acunando,
cantaba,
y la persiana a oscuras.



Irene Gruss
Poeta argentina nacida en 1950. Formó parte del grupo de poetas que fundó, a comienzos de los años 1970, el taller «Mario Jorge De Lellis», desde el que actuó un movimiento que significó a la vez la continuación y el replanteo del coloquialismo que animó la poesía de los 60.
Publicó La luz en la ventana (1982), El mundo incompleto (1987), La calma (1991), Sobre el asma (1995), Solo de contralto (1998), En el brillo de uno en el vidrio de uno (2000), "La dicha" (2004) y en su carácter de compiladora, la antología "Poetas argentinas (1940-1960)", del año 2006. En 2008, se publicó "La mitad de la verdad", su obra reunida.

  Rodolfo Walsh

25 de marzo de 2010




Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar


1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad Argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio [1]. Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas [2].
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son reprimidos, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos [3].
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor [4].
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas [5].
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron [6].
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea [7], sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti.
Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte [8].
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay [9].
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal" [10].

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar [11], resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% [12] prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron [13].
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos" [14].
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

Notas:

[1] Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.

[2] El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba".

[3] "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de 1977.

[4] Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga".

[5] En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.

[6] Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.

[7] "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.

[8] El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no es tal" sino "un anticuerpo".

[9] El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.

[10] Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La Razón" del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.

[11] Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.

[12] Diario "Clarín".

[13] Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.

[14] Prensa Libre, 16-12-76.


Rodolfo Walsh



Nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, provincia de Río Negro. Fue escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones. Su obra recorre especialmente el género policial, periodístico y testimonial, con celebradas obras como Operación Masacre y Quién mató a Rosendo.
El 25 de marzo de 1977 lo emboscan y lo matan en calles de Buenos Aires.
Su cuerpo nunca apareció. El día anterior había escrito lo que sería su última palabra pública: la Carta Abierta a la Junta Militar.
Obras: Diez cuentos policiales (1953); Variaciones en rojo (1953) Antología del cuento extraño (1956); Operación Masacre (1957); La granada (1965); La batalla (1965, teatro); Los oficios terrestres (1965);Un kilo de oro (1967); ¿Quién mató a Rosendo? (1969); Un oscuro día de justicia (1973);El caso Satanovsky (1973)


Obra: Berni-Militar

  Alberto Szpunberg

24 de marzo de 2010



Hablan los nombres de la guerra

Fui pedro o germán o enrique o será pedro o es
alberto o soy yo todavía
es difícil establecer el paradero de mis riñones o el
destino de su puño
será difícil separar mis ojos de su venda su herida de
mi carne
me fui con mi brazo al fondo del río pero su zapatilla
quedó junto a la cama
y mi nombre gritaba pedro o fue enrique quien llamó
a los compañeros
o fue mamá que grita alberto alberto pero él era daniel
o pedro todavía
y algo sonaba en su oído como un nombre que no
diré ni dijo ni conozco
acaso la calle acaso mi cita entre sus dientes quizá
bajo la lengua
o acá entre estos pastos donde ahora estamos pero no
estamos mirando el cielo:
¿es el cielo, pedro, ese puño que se desploma y
asciende y vuelve a caer?
¿es el cielo, petiso, esa venda que aprieta los ojos para
siempre?
¿es el sol, roberto, esa capucha esa visera esa bota esa
culata?
mano mía, caricia de ella, mocasín o rodilla o media
rota
pedazos de mí o de su lado o de sus bordes o del
amor de él de ella
que se asoma a este pozo y grito y gira y caigo y
nombra
una multitud de nombres ahora a solas con todos y
con nadie.



Alberto Szpunberg
Argentino
De “Su Fuego en la Tibieza “ (1981)


Nació en 1940 en Buenos Aires, Argentina. Obtiene su licenciatura en Letras. En 1973 se desempeñó como director de la carrera de Lenguas y Literaturas Clásicas y profesor de Literatura argentina y Medios de comunicación y literatura en la Universidad de Buenos Aires. Como periodista fue redactor del diario La Opinión de Buenos Aires del cual fue director del suplemento cultural de 1975 a 1976. En 1977 se exilia en Barcelona. Desde 2001 ha sido profesor de Literatura y Política en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo.
Obras: Poemas de la mano mayor (1962); Juego limpio (1963); El che amor (1966), Mención en el concurso de Casa de las Américas; El paso atrás; Su fuego en la tibieza (1983), premio Alcalá de Henares de poesía, 1983.; Apuntes (1986); Luces que a lo lejos (1993), Premio Internacional de Poesía Antonio Machado 1993/94; La encendida calma (2002); Notas al pie de nada ni de nadie (2007); El libro de Judith (2008)

Obra: guayasamin-grito

  Francisco Urondo

23 de marzo de 2010



Del otro lado

Cuando estuvimos desesperados, alguien
contó la historia.

No se la puede escuchar serenamente, tiemblan
las manos, el corazón se encoge de dolor;
da un poco de miedo mirar a la gente, detenerse.

Ocurre lo de siempre.

Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada
tenía que ver con la certeza, ni
con el muslo de la bataclana. No
intervinieron traiciones; no es
una vulgar historia de fervores o de mantenidas.

Tu mano es necesaria para sobrellevarla. También
aquella vez (siempre aquella vez) apagaron
las luces y fue necesaria la presencia de tu mano.

Nos apretamos las manos en la sala impenetrable, temblamos
ante la cólera que aún no se había manifestado, que nunca
llegaría a marcarnos como sospechábamos, sino
de otra manera. Nuestras manos
procuraban ordenar el temblor, dominar el doloroso pánico;
y todo porque Humphrey Bogart había resucitado.

Estábamos perdidos en aquel
cine y él no era como el redentor; su cruz
no era un mandato, era
la inteligencia del hombre, era la resurrección
de la ciencia y de nuestros queridos finados.

Hace mucho que nos pasó esto; la mano
fría del cadáver impenitente
rozaba los sueños,
acariciaba nuestros tiernos rostros despavoridos.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias,
con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no
sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos
encontrar nuestras manos, nuestra
tristeza. El mundo inconsistente.

Hubo muchas anécdotas como ésta ¿Quién
no tiene cosas horribles que contar? ¿Quién no tiene
su historia? Pero nadie supo qué decir, nadie supo
qué hacer, cuando alguien contó la historia.

Seguramente al escucharla buscarás una mano; será
como antes, pero enseguida
intentará olvidar que estuvimos tristes o asustados.

Tampoco sabrás qué decir cuando se haga tarde; lo de siempre:
tendrás ganas de llorar, y nada más.

Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué
no llorar entonces? ¿Por qué no perderse en la
espesura de la sala?

Se derramará sobre tu memoria,
como el alcohol que se vuelca entre los nervios y la madrugada;
la historia sobrevolará tu linda cabecita,
será un cuervo que sacudirá tus entrañas corrompidas,
que despeinará cariñosamente tu pelo.



Francisco Urondo
Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, académico y militante político, Paco Urondo dio su vida lunchando por el ideal de una sociedad más justa.

Su obra poética comprende Historia antigua (1956), Breves (1959), Lugares (1961), Nombres (1963), Del otro lado (1967), Adolecer (1968) y Larga distancia (antología publicada en Madrid en 1971). Ha publicado también los libros de cuentos Todo eso (1966), Al tacto (1967); Veraneando y Sainete con variaciones (1966, teatro); Veinte años de poesía argentina (ensayo, 1968); Los pasos previos (novela, 1972), y en 1973, La patria fusilada, un libro de entrevistas sobre la masacre de Trelew del '72. Es autor en colaboración de los guiones cinematográficos de las películas Pajarito Gómez y Noche terrible, y ha adaptado para la televisión Madame Bovary de Flaubert, Rojo y Negro de Stendhal y Los Maïas de Eça de Queiroz. En 1968 fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973, Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Como periodista colaboró en diversos medios del país y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias.

Murió en Buenos Aires en junio 1976

  Javier Villafañe

22 de marzo de 2010




Cada cual atienda su juego

Un trece de mayo atentaron contra el papa y desde ese día -13- se hizo supersticioso. Ocurrió cuando su Santidad, en Roma, trabajando dignamente en su oficio, bendecía a millares de fieles. Sonreía su bello cuerpo atlético, campeón de natación de nube en nube, levantador de pesas de pecados veniales y mortales. Mientras tanto, en Madrid, en el Parque del Retiro, un titiritero trabajaba dignamente en su oficio y pasaba la gorra recogiendo pesetas para el vino nuestro de cada día, y Dios trabajando dignamente en su oficio, aplaudía con las enormes manos que inventaron montañas, mares, abismos y frágiles costillas para deleite y angustia del hombre. La dicha, la alegría de Dios pintiparado en la puerta del Cielo, mirando una función de títeres, fue en un santiamén desbaratada por el Diablo, que también trabajaba dignamente en su oficio y aprovechó el divertimento, el distraído encanto de Dios y poner un revólver en la diestra y decirle dulcemente al oído: "Remátalo al papa". Y ¡Pum! ¡Pun! ¡Pum! Y Juan Pablo II cayó de rodillas, sangrando, con los brazos en cruz sobre el pecho. Una ambulancia lo llevó al hospital. Dios iba rezando de urgencia. No pudo ver el final de la función. Se lo contó un Ángel, pero no es lo mismo.



Javier Villafañe
El 24 de junio de 1909, nace en la Ciudad de Buenos Aires, quien fuera el más prestigioso titiritero de habla hispana.

Junto a sus dos hermanos, Clotilde y Oscar, desde muy pequeño concurría al Jardín Zoológico de la ciudad para disfrutar del Teatro de marionetas que allí funcionaba. Terminada la función, una nueva obra se representaba en casa de la familia Villafañe. Javier y sus hermanos improvisaban con medias en las manos una obrita de su creación “La historia de los descabezados”.
En su juventud conoció a Juan Pedro Ramos, amigo y compañero de aventuras, con el que visitó el teatro de títeres del barrio de la Boca. Juntos entablaron amistad con los titiriteros italianos y juntos se atrevieron a soñar con la compra de un carro, un caballo y un teatro de títeres itinerante que recorriera distintos pueblos: Así surgió La Andariega.
Pero como aun no tenían ningún títere, el 26 de junio de 1933, Javier fabricó a Maese Trotamundos quien lo acompañaría a lo largo de toda su vida. “¡Público! ¡Respetable público! fue la frase con que este simpático personaje dio comienzo a cada una de las funciones desde 1935 visitando pueblo tras pueblo.
Con el correr de los años, sus caballos fueron cambiando, primero fue Guincha y le siguieron Miserias, Firme, Conde y más tarde fue la yegua Mariposa quien tiró de este carro que le servía de vivienda, escritorio y por supuesto, de teatro de títeres, en pos de recorrer nuevos caminos, el tablado se arma en una canoa. Los espectáculos se desarrollan en embarcaderos y en puertos argentinos y uruguayos. Pero como el camino se hace al andar, le llega el turno a una casa rodante que le permite recorrer América, Europa y Asia. Maese Trotamundos incluso llegó hasta China.

Su actividad de titiritero, se vio acompañada por una prolífica producción literaria que incluye poesía, narración y teatro.



Obra: "Cada cual atiende su juego" - acrílico sobre tela - Laura Delgado

  Nicanor Parra

21 de marzo de 2010




Lo que yo necesito urgentemente

es una María Kodama
que se haga cargo de la biblioteca

alguien que quiera fotografiarse conmigo
para pasar a la posteridad

una mujer de sexo femenino
sueño dorado de todo gran creador

es decir una rubia despampanante
que no le tenga asco a las arrugas
en lo posible de primera mano
cero kilómetro para ser + preciso

o en su defecto una mulata de fuego
no sé si me explico:
honor y gloria a los veteranos del 69!
con una viuda joven en el horizonte
el tiempo no transcurre
¡se resolvieron todos los problemas!
el ataúd se ve color de rosa
hasta los dolores de guata
provocados x los académicos de Estocolmo
desaparecen como x encanto.




Nicanor Parra
Nace en 1914 en la ciudad de San Fabián de Alico, cerca de Chillán.
Su padre tocaba el violín y escribía poemas, talento que heredaron la mayoría de los hermanos Parra, entre los que destacan Violeta y Roberto, junto a Nicanor. Por razones económicas, la familia continuamente se traslada de ciudad en ciudad.

Realiza sus estudios en Lautaro, Chillan, Ancud, y en 1932, huyó de su casa para trasladarse a Santiago.
En Santiago, ingresa al Instituto Nacional Barros Arana, debido a una beca de la Liga de Estudiantes Pobres. En 1933 se matricula en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, para estudiar Matemáticas y Física; mientras trabaja en el INBA como inspector, funda, junto a Jorge Millas y Carlos Pedraza, la "Revista Nueva", donde publica su primer "anticuento", el que provocó grandes polémicas.

Trabaja como profesor en Chillán y Santiago y en 1946 obtuvo el cargo de profesor titular de Mecánica Racional en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, iniciando una larga carrera como profesor universitario, tanto en Chile como en el extranjero.

  Horacio Salas

20 de marzo de 2010




Inventario de mis días


Como no sé vivir
y ya no encuentro cómodo
llorar cada mañana,
como no sé vivir —insisto—
mientras vivo y desvivo
levanto el inventario de mis días.
Me palpo, me recorro,
con cualquier cosa compruebo mi existencia,
por medio de una voz,
de una sonrisa
o de cualquier mujer,
sé que estoy vivo.
Antes de despedir la madrugada
busco, revuelvo entre los trastos viejos,
y encuentro una palabra,
la desarmo,
le abro su panza de aserrín,
vuelvo a coserla igual que un minucioso cirujano
y escribo mi poesía.
Dando vueltas junto a los minuteros
tropiezo con el mismo ángulo recto
que invade a la mañana la oficina.
Prolijamente saludo a los relojes,
me anticipo a los pájaros ficticios,
digo que sí y que no con la cabeza.
Alargo inútilmente la memoria,
busco números claves con anteojos,
recorro con los dedos el lomo de la tarde,
giro sobre un sillón de cuero con sordina,
sumo porcientos grises, cifras azules y columnas rojas,
escribo sobre libros tremebundos,
pronuncio la palabra bibliorato
ochenta y cuatro veces por minuto;
comento un accidente, un crimen, media guerra,
y elogio los dobleces de algún sueño
para arrugarlo luego.
Enarbolo la pipa sobre el labio,
vuelvo a decir que sí de mala gana,
me angustio, resoplo, dramatizo,
a veces nombro a Sartre, a Dios, a Sanfilippo.
Huyo de mí,
me ignoro,
no me quiero.
Después, cuando el cansancio
comienza a recorrerme por la espalda,
saco de los bolsillos mi amor doblado en cuatro,
lo ejerzo tenazmente
y luego con vergüenza lo describo
o tan sólo amontono palabras y las tiro.
Antes de cada noche me apuntalo,
me miro en los espejos,
aliso mi soledad contra la almohada.
Sin que nadie me invite
me meto entre los sueños
o crezco con furia en otros muslos.

A veces también duermo.
O desvarío ante una biblioteca,
ante un poema de Eluard,
ante un Chagall plagiado,
o ante un tango.
Otras veces me siento a la orilla de mis ojos
y me miro asombrado y con espanto.
Me olvidaba,
a veces, también como.
En días de nostalgia
prefiero recordarme
o inventarle memorias a la tarde.
De vez en cuando vuelvo a leer a Borges.
Con la paciencia repito al acostarme
la delantera de Boca en el cincuenta
o escucho a Gardel contra el silencio.
Me desbordo de amigos casi siempre:
ya tengo tantos que nunca alcanza el tiempo
a descifrar sus nombres.
Cuando me quedo solo de espaldas a la noche
enumero los días transcurridos,
vuelvo a la infancia, al olor de los juegos,
converso con mi madre;
Los domingos mi padre sabe todas las respuestas
y todas las historias de aventuras.
Cuando se acaba el juego
evoco a algunos muertos,
voy al cine,
me reflejo en mis ojos preferidos,
aprendo los artículos del Código,
pienso en mi propia muerte
y mientras tanto crezco.

Como no sé vivir,
como no aprendo,
como no me interesan los deberes
ni tampoco me aplico para pasar de grado,
como no sé vivir —insisto—
me conformo con tratar de cambiar,
o simplemente
con inventar la vida
cada día.



Horacio Salas
nació en Buenos Aires. Es poeta, ensayista e historiador, ha publicado más de treinta títulos. Desde 1976 hasta 1983 vivió en España, exiliado, donde publicó cuatro volúmenes.
Entre sus libros de poesía se destacan Memoria del tiempo (1966), La corrupción (1969), Mate pastor (1971), Gajes del oficio (1979); Cuestiones personales (1985) y Dar de nuevo (2003) y han aparecido tres antologías de su obra, en España y la Argentina. Como ensayista ha publicado: La poesía de Buenos Aires (1968), La generación poética del 60 (1976);

  Abelardo Castillo

19 de marzo de 2010



ESPEJOS

Antes que yo, dos hombres han sentido
el sagrado pavor de los espejos.
No soy yo, es mi miedo lo que mido
con esos dos, tan altos y tan lejos.

Poe y Borges supieron de esta rara
maldición de la luz: la que duplica
el horror paulatino de mi cara
que en vejez, tiempo y muerte se disipa.

Dios debiera velarnos a estos jueces
de la ruina del alma y de sus grietas.
Ya es pecado morir, por qué mil veces
matarse entre cristales y aguas quietas.

Por eso no hay espejos en mi casa.
En la pared, un gran dibujo intenta
fijar mi antigua cara. El tiempo pasa
y me asesina sin que yo lo sienta.



Abelardo Castillo
nació en San Pedro (Prov. de Buenos Aires) el 27 de marzo de 1935. Comenzó a publicar cuentos hacia 1957 .Volvedor ganó un premio en el concurso de la revista Vea y Lea en 1959, siendo jurado Borges, Bioy Casares y Peyrou.
Fundó El Grillo de Papel, continuada por El Escarabajo de Oro, una de las revistas literarias de más larga vida (1959-1974) en la época, caracterizada por su adhesión al existencialismo, al compromiso sartreano del escritor.


PREMIO CASA DE LAS AMERICAS por "Las Otras Puertas" (cuentos). Jurado: Juan Rulfo, José Bianco, Guillermo Cabrera Infante, José Antonio Portuondo.

  Vicente Huidobro

18 de marzo de 2010




Sombra

La sombra es un pedazo que se aleja
Camino de otras playas

En mi memoria un ruiseñor se queja
Ruiseñor de las batallas
Que canta sobre todas las balas

HASTA CUANDO SANGRARÁN LA VIDA

La misma luna herida
No tiene sino una ala

El corazón hizo su nido
En medio del vacío

Sin embargo
Al borde del mundo florecen las encinas
Y LA PRIMAVERA VIENE SOBRE LAS GOLONDRINAS.




Vicente Huidobro
Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948) Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina.
Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida.

  Idea Vilariño

17 de marzo de 2010




CARTA II

Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.



Idea Vilariño
Nace el 18 de agosto de 1920, Montevideo, Uruguay.
Poeta, ensayista y crítica literaria uruguaya perteneciente al grupo de escritores denominado Generación del 45, en la que pueden ubicarse también Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Sarandy Cabrera, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa, Carlos Maggi, Alfredo Gravina, Mario Arregui, Amanda Berenguer, Humberto Megget, Emir Rodríguez Monegal y José Pedro Díaz entre otros. Dentro de sus facetas menos conocidas se encuentran la de traductora, compositora y docente.
Muere el 28 de abril de 2009.

Su primera obra poética que se tituló "La suplicante" editada en 1945, sería reconocida internacionalmente y premiada con distintos galardones.


Obras poéticas

• La suplicante (1945)
• Cielo Cielo (1947)
• Paraíso perdido (1949)
• Por aire sucio (1950)
• Nocturnos (1955)
• Poemas de amor (1957)
• Pobre Mundo (1966)
• Poesía (1970)
• No (1980)
• Canciones (1993)
• Poesía 1945-1990 (1994)
• Poesía completa (2002)

  Jaime Sabines

16 de marzo de 2010




Los amorosos


Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.



Jaime Sabines
(1926-1999)
uno de los más grandes poemas mejicanos, nació en Tuxtla-Gutiérrez, estado de Chiapas, el 25 de marzo de 1926. Era el tercer hijo del Mayor Jaime Sabines y de Dª Luz. Su padre, el Mayor Sabines, aunque nacido en el Estado de Tabasco era de ascendencia libanesa y se había criado en el Líbano. De mayor emigró a Cuba y de allí pasó a Chiapas, donde adquirió un pequeño rancho, se casó y nacieron sus hijos. Más tarde vendió sus posesiones y se trasladaron a Ciudad de Méjico donde Jaime Sabines acabó la enseñanza primaria.

Apenas iniciada la secundaria, la familia regresa de nuevo a Chiapas, en concreto a Tapachula, donde hace el primer año de secundaria, para regresar de nuevo a Tuxtla Gutiérrez, donde continúa su preparación llevando una vida normal para un niño de su época. Sabines confiesa haber tenido una infancia tranquila y feliz, en permanente contacto con la naturaleza y al amparo de una familia muy unida.

El joven Sabines, alentado por el padre y con un concepto un tanto romántico de la vida, se va a la capital a estudiar medicina, pero abandona al tercer año convencido de no servir para la profesión y decide estudiar Lengua y Literatura Españolas, licenciándose en esta disciplina en 1949. Más tarde realizaría estudios de postgrado en la Universidad Autónoma de Méjico. Durante un tiempo reside en la Ciudad de Méjico, donde construye sus dos primeros poemarios, "Horal" (1950) y "La señal" (1951), pero en 1952 regresa a Chiapas para dedicarse a una actividad comercial totalmente alejada de sus aspiraciones literarias. Su oficio de tendero no le impide, sin embargo, seguir escribiendo algo en sus ratos libres, esfuerzo que plasma en su libro "Adán y Eva" (1952).

En 1953 contrae matrimonio con su novia de toda la vida, Josefa "Chepita" Rodríguez Zebadúa con la que tendrá cuatro hijos. Es por entonces cuando retoma la pluma con devoción para escribir la que será una de sus obras fundamentales y más conocidas, "Tarumba" (1956).

En 1959 regresa a la metrópoli para regentar un negocio de alimento para animales y seguir escribiendo. Ese mismo año recibe el premio Chiapas que le otorga su estado natal en reconocimiento a su creación poética. Ya por entonces trabaja en la elaboración de dos obras que publicará poco después: "Diario semanario y poemas en prosa" (1961) y "Poemas sueltos" (1962).

En 1964 obtiene una beca del Centro Mejicano de Escritores y al año siguiente forma parte del jurado del premio Casa de las Américas. Sabines ya es por entonces, aunque no muy prolífico, un escritor de prestigio que encandila a mucha gente, sobre todo a los jóvenes. En lo sucesivo y de forma bastante espaciada publica "Yuria" (1967), "Maltiempo" (1972), "Algo sobre la muerte del Mayor Sabines" (1973) y "Nuevo recuento de poemas" (1977).

En 1972 obtiene el premio Xavier Villaurrutia y a partir de 1976 hace una incursión en la política nacional, resultando elegido diputado federal por Chiapas, escaño que volvería a alcanzar en 1988 por el Distrito Federal. En 1982 obtiene el premio Elías Sourasky y en 1983 el premio Nacional de las Letras.


En el año 1995 se publicó al inglés, en versión de W.S. Merwin, una recopilación de sus poemas bajo el título "Pieces of shadow: selected poems of Jaime Sabines".

Los últimos años de su vida fueron un calvario físico para el poeta, postrado en una silla de ruedas a causa de las múltiples operaciones sufridas en una pierna. En 1996, en Guadalajara, Sabines mantiene una dura pugna dialéctica e ideológica con algunos de sus amigos de toda la vida como Oscar Oliva, Eraclio Zepeda y Juan Bañuelos a los que acusa de ser manejados por líderes políticos que apoyaban al Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el conflicto armado de Chiapas, teniendo que sufrir a su vez, duras críticas de muchos detractores por su alineamiento con el partido gobernante PRI. Al final de su vida, es cuando toma conciencia de su papel intelectual y rompe con su anterior actividad política.

Su salud se deteriora progresivamente por la acción de un cáncer y fallece el 19 de marzo de 1999.

  Gioconda Belli

15 de marzo de 2010



Desafío a la vejez

Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.



Gioconda Belli
poeta y novelista.

  Gioconda Belli

14 de marzo de 2010



Amo a los hombres y les canto...


Amo a los hombres
y les canto.

Amo a los jóvenes
desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.
Amo a los obreros,
esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros
que reconocen a la madera como a su mujer
y saben hacerla a su modo.
Amo a los campesinos
que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristemente, a los complicados
hombres de negocios
que han convertido su hombría en una sanguinaria
máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos, los
sentimientos más nobles
por cálculos y métodos de explotación.

Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-
que inventan nuevos mundos desde la palabra
y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.
que conocen la trascendencia de una conversación
tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van
y dejan todo y mueren
para que nazcan hombres con la frente alta.
Amo a los pintores -hombres colores-
que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre
para que no se nos olvide.
Amo a los solitarios pensadores
los que existen más allá del amor y de la comprensión sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.

A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano
donde todo el misterio se resuelve en espuma...

Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora,
a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,
a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas
en la pancita caliente del comal,
a la que camina con el peso de un ser en su vientre
enorme y fecundo.
A todas las amo y me felicito por ser de su especie.
Me felicito por estar con hombres y mujeres
aquí bajo este cielo, sobre esta tierra tropical y fértil,
ondulante y cubierta de hierba.
Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí
y sale con algo mío,
por estos poemas que escribo y lanzo al viento
para alegría de los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,
por los llantos y las rebeliones.
Me felicito porque soy parte de una nueva época
porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,
la importancia que tiene tu existencia, la de todos,
la vitalidad de mi mano unida a otras manos,
de mi canto unido a otros cantos.
Porque he comprendido mi misión de ser creador,
de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,
quiero irme a la calle y a los campos,
a las mansiones y a las chozas
a sacudir a los tibios y haraganes,
a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,
a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,
a los incrédulos, a los desamparados, a los que han
perdido la esperanza,
a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;
quiero traerlos a todos hacia la madrugada,
traerlos a ver la vida que pasa
con una hermosura dolorosa y desafiante,
la vida que nos espera detrás de cada atardecer
-último testimonio de un día que se va para siempre,
que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.
Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.
Quiero llevaros a recorrer los caminos
por donde avanza -inexorable- la Historia.
Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva mañana,
mañana lavada de pesar que habremos construido todos.

Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz de la tierra
para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos,
de los ciclones, de los huracanes
y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho
mientras hombres y mujeres nuevos
van naciendo erguidos
luminosos
como volcanes...

Vámonos
Vámonos
Vámonoooos!!!



Gioconda Belli
Poeta y novelista nicaragüense nacida en Managua en 1948.
Junto a Ernesto Cardenal y Claribel Alegría, inició la renovación de la poesía en su país. Un marcado acento erótico impregna buena parte de su obra, aunque la última producción denota una gran preocupación por los cambios políticos de su patria.
Entre los libros más reconocidos, se destacan «Sobre la grama» y «Eva».

  Roberto Juarroz

13 de marzo de 2010




54

Los ojos abiertos también andan vestidos
encerrados con aire.
Corrigen la claridad,
desandan el camino del viento,
se caen hacia atrás como fusilados al revés
y derrochan el mundo
como un loco repartiendo barajas.
Alguien ha enterrado una nube
que ya nunca lloverá
y la flecha ha tomado el lugar del arco
y así le duele doblemente el mundo.




Primera Poesía Vertical
(1958)

Poeta y ensayista argentino nacido en Coronel Dorrego, provincia de Buenos Aires en 1925.
Graduado en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad Nacional de Buenos Aires, se especializó en la Sorbonne, y desde entonces fue ensayista, traductor y crítico literario, colaborando en diversos medios de su país y del extranjero.
Miembro de número de la Academia Argentina de Letras y catedrático universitario por más de treinta años, recibió numerosos premios entre los que se destacan, el premio Esteban Echevarria en 1994, el premio Jean Malrieu de Marsella, y el premio de la Bienal Internacional de Poesía, en Lieja, Bélgica, en 1992.
La parte más importante de su obra está reunida en un volumen numerado bajo el título de Poesía Vertical.
Falleció en Buenos Aires en marzo de 1995.


Obra: Expedición - Ernesto Rancaño

  Olga Orozco

12 de marzo de 2010



Olga Orozco

Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo a todos que muero.
Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,
el ocio donde crecen animales extraños y plantas fabulosas,
la sombra de un gran tiempo que pasó entre misterios y entre alucinaciones,
y también el pequeño temblor de las bujías en el anochecer.
Mi historia está en mis manos y en las manos con que otros las tatuaron.
De mi estadía quedan las magias y los ritos,
Unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado amor,
La humareda distante de la casa donde nunca estuvimos,
Y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me conocieron.
Lo demás aún se cumple en el olvido,
Aún labra la desdicha en el rostro de aquella que se buscaba en mí
igual que en un espejo de sonrientes praderas,
y a la que tú verás extrañamente ajena:
mi propia aparecida condenada a mi forma de este mundo.

Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,
en un último instante fulmíneo como un rayo,
no en el tumulto incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada
entre los remolinos de tu corazón.
No. Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.
No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.
Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte
porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura
que los cambiantes sueños, allá, donde escribimos la sentencia:
"Ellos han muerto ya.
Se habían elegido por castigo y perdón, por cielo y por infierno.
Son ahora una mancha de humedad en las paredes del primer aposento".



Olga Orozco
Nació el 17 de marzo de 1920 en Toay, Provincia de La Pampa. Es autora de los libros de poemas "Desde lejos", "Las muertes", "Los juegos peligrosos", "Museo salvaje", "Cantos a Berenice", "Mutaciones de la realidad", "Con esta boca, en este mundo". Recibió, entre otros, el Premio Municipal de Poesía (1962), el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1980), el Laurel de Plata de la Universidad de Turín (1984), y el Premio Juan Rulfo (1998). Falleció en Buenos Aires, el 15 de agosto de 1999.

  Jorge Boccanera

11 de marzo de 2010



Ella

viene despacio
entra
tropieza con mi tos
con mi costumbre de dejar la nuca
en cualquier parte
viene despacio
ordena mis silencios
desata las palabras necesarias
recibe la correspondencia de mis ojos
viene despacio
a tender sus manteles de ternura
viene despacio
apenas echa humo para no despertarme
se abre paso entre vasos arrojados al día
retratos de mujeres
noches de bronca y noches de ginebra
viene despacio
entra
se arrodilla al borde de mi alma
a juntar los fragmentos de mi risa
después se vuela azul como la tarde.



de “Contraseña” (1976)

Nació en 1952 en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires. Vivió un largo exilio en México y Centroamérica. Publicó, entre otros, los libros de poemas "Los espantapájaros suicidas", "Marimba", "Zona de tolerancia", "Noticias de una mujer cualquiera" y "Poemas del tamaño de una naranja".
También es autor de los libros de crónica y ensayo: "Ángeles trotamundos", "Malas Compañías", "Entrelíneas"; y de las obras de teatro "Arrabal Amargo" y "Perro sobre Perro".
En 1976, recibió el Premio "Casa de las Américas", de Cuba; y un año más tarde, el Premio Nacional de Poesía Joven de México.


Obra: s-negra - grupo Mondongo

  Juan José Ceselli

10 de marzo de 2010




Cuarta Iluminación de la 17° Ceremonia

a veces corro hacia ti
para salvarte del miedo
y te descubro caída en una grieta del espejo
en medio de una claridad muy vieja
en un área de tiempo lejano y pequeñísimo

socavados nuestros esqueletos
por profundas catástrofes pasionales
tú me apaciguas con una mano muy triste
y la melancolía te conquista
y me besas sombría como un cazador perdido
es la hora en que los pastores
transformándose en lobos devoran sus propias ovejas
es la hora en que los tigres se acercan a los pozos
a beber
la hora en que los sueños se acercan a la Nada
y en lo alto de la montaña
una mujer desnuda nos ilumina

tu busto cobra entonces
el perfume de los países lejanos
del guerrero que está solo en tu tienda y sueña
de la soledad que se derrumba
dejando al descubierto algo mucho más terrible aún

acostada a mi lado
con la cara estremecida del enigma
te callas igual que un pueblo vencido

furtivamente
yo exploro tu cuerpo de campo en la madrugada.



Juan José Ceselli
De “El paraíso desterrado” (1966)

Nace en 1909. A los 43 años explota su vocación de escritor y poeta, motivado, quizá, por la lectura de Pablo Neruda. A los 53 edita su primer libro que la crítica califica como "surrealista". Forma parte del grupo que edita tres números de la revista surrealista "Vía Libre". Vive en Francia del 56 al 61, regresando ese año para ocuparse de la publicación de "Violín María" que fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes. Entre sus obras publicadas están: "La otra cara de la luna", "La sirena violada", "El Paraíso desenterrado", "Poemas Jíbaros" y "La misa tanguera".

Obra: El Beso - Auguste Rodin

  Kostantinos Kavafis

9 de marzo de 2010



Recuerda, cuerpo...

Cuerpo, recuerda no sólo cuánto fuiste amado,
no sólo los lechos en los que estuviste,
sino también aquellos deseos que por ti
brillaron claramente en la mirada
y temblaron en la voz – y un
obstáculo casual frustró.
Ahora todo está en el pasado,
y pareciera que también aquellos
deseos a los que te entregaste – cómo brillaron,
recuerda en los ojos que te miraban;
por ti, cómo temblaron en la voz, recuerda, cuerpo.




Konstantinos Kavafis
Grecia
(1863 – 1933)


Kavafis nació en Alejandría, Egipto, donde su padre era un rico comerciante. Tras su muerte en 1870 la familia tuvo que emigrar a Liverpool. Constantino regresó a Alejandría en 1882.
Entre 1891 y 1904 publicó su poesía, con poco éxito. Murió en 1933.
Tras su muerte, la reputación de Kavafis aumentó, pasando a ser considerado uno de los mejores poetas griegos modernos.

Poesía completa, trad. del griego de Pedro Bádenas, Alianza, Madrid, 1983.
Poesías completas, trad. del inglés de José María Álvarez, Hiperión, Madrid, 1983.
Obra poética completa, trad. del griego de Alfonso Silván, La Palma, Madrid, 1991.
Poemas, trad. del griego de Ramón Irigoyen, Barcelona, Seix Barral, 1994.
Kavafis íntegro, trad. del griego por Miguel Castillo Didier, Quid Ediciones-Universidad de Chile, Santiago, 2003.
Poesía completa, trad. del griego de Anna Pothitou y Rafael Herrera Montero, Visor, Madrid, 2003.


Obra: Doríforo o Canon de Polícloto

  Oliverio Girondo

8 de marzo de 2010



Exvoto

Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas
de la Confitería del Molino, y usan moños de seda que le liban las nalgas en
un aleteo de mariposa.

Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus
estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de
miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.

Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro
de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas,
y de noche, a remolque de sus mamás –empavesadas como fragatas- van a
pasearse por la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído, y
sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.

Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran,
como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las
sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé,
ya que no tiene el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a
todos los que les pasan la vereda.



Buenos aires, octubre de 1920
de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía


Oliverio Girondo

Nació el 17 de agosto de 1891 en Buenos Aires en el seno de una familia adinerada, lo que le permitió desde niño viajar a Europa, gracias a esto estudió en París y en Inglaterra. Escribió y publicó desde muy joven.

Participó en revistas que señalaron la llegada del ultraísmo, la primera vanguardia que se desarrolló en Argentina, con las revistas "Proa", "Prisma" y "Martín Fierro", en las que también escribieron Jorge Luis Borges, Raúl González Tuñón, Macedonio Fernández y Leopoldo Marechal, la mayoría de ellos del Grupo de Florida que en contraposición al Grupo de Boedo se caracterizaba por su estilo elitista y vanguardista. Girondo fue uno de los animadores principales de ese movimiento.
Sus primeros poemas, llenos de color e ironía, superan el simple apunte pintoresco y constituyen una exaltación del cosmopolitismo y de la nueva vida urbana e intentan una crítica de costumbres.

Sus obras mas importantes fueron:

* Veinte poemas para leer en el tranvía (1922)
* Calcomanías (1925)
* Espantapájaros (1932)
* Interlunio (relato, 1937)
* Persuasión de los días (1942)
* Campo nuestro (1946)
* En la masmédula (1953)

Murió el 24 de enero de 1967.

Obra: Retrato de Mujer - Victor Pissarro

  Alejandra Pizarnik

7 de marzo de 2010



Sous la nuit


Los ausentes soplan grismente y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto.

Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.

Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada, no
quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche, esta errancia, este no hallarse.

Toda la noche hago la noche.

Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.

Palabra por palabra yo escribo la noche.



Alejandra Pizarnik
Textos de sombra y últimos poemas (1982)

Flora Alejandra Pizarnik nació el el 29 de abril de 1936 en Buenos Aires, Argentina.
Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y pintura con Juan Battle Planas.
Vivió en París desde 1960 hasta 1964. Trabajó para la revista Cuadernos y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy.
De regreso a Buenos Aires, publicó tres de sus principales libros: "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" y "El infierno musical", así como su trabajo en prosa "La condesa sangrienta".
En 1969 recibió una beca Guggenheim, y en 1971 una Fullbright.
El 25 de septiembre de 1972 murió de una sobredosis intencional de psicofármacos.

  Nazim Hikmet

6 de marzo de 2010



El gigante de ojos azules

Un gigante de ojos azules
Amaba a una mujer pequeña
Cuyo sueño era una casita
Pequeña, como para ella,
Que tuviera al frente al jardín
con temblorosas madreselvas.

El gigante amaba en gigante,
Su mano, a grandes obras hecha,
Mal podía construir los muros
Ni usar el timbre de la puerta
De una casita con jardín
con temblorosas madreselvas.

El gigante de ojos azules
Amaba a esa mujer pequeña
Que pronto se cansó, mimosa,
De tan desmesurada empresa
Que no concluía en un jardín
con temblorosas madreselvas.

Adiós, ojos azules, dijo.
Y, con graciosa voltereta,
Del brazo de un enano rico
Penetró en la casa pequeña
Que tenía al frente un jardín
con temblorosas madreselvas.

El gigante comprende ahora
Que amores de tanta grandeza
No caben ni siquiera muertos
En esas casas de muñeca
Que al frente tienen un jardín
con temblorosas madreselvas.



Nazım Hikmet Ran (Salónica, 1901 - Moscú, 1963) poeta y dramaturgo turco, considerado en Occidente el poeta más importante en lengua turca del siglo XX. Largamente exiliado de su país de origen a causa de su militancia comunista, murió en 1963 como ciudadano polaco.
Poemarios, Varan 3 (Y van 3) y 1+1=2, en 1931, La ciudad que perdió la voz; y, la antología de poemas Telegrama nocturno, y ¿Por qué se ha suicidado Benerci?. También escribió obras teatrales: Kafatası (El cráneo) y La casa de un muerto, estrenadas ambas en Estambul en 1932.
En 1938 fue condenado a 28 años y 4 meses de prisión por sedición. Pasó doce años en la cárcel donde escribió sus Poemas de las 22-23 horas, y su obra más ambiciosa, Paisajes humanos de mi país, en la que se proponía retratar a su pueblo en diferentes momentos históricos.
Gracias a una importante campaña internacional para pedir su liberación, es amnistiado en 1951. Ese mismo año abandona Turquía para siempre. Despojado de su nacionalidad turca, terminó su vida en el exilio como ciudadano polaco. Murió en Moscú.



Intérprete: Juan Carlos Baglieto