Estación Quilmes: 11 ago 2010

  Humberto Costantini

11 de agosto de 2010




Suele suceder

Suelo morirme a las mañanas.
justamente a la hora
de guardar El escarabajo de Oro en el portafolios,
cuando en el andén de Constitución
recibe los últimos boqueos de mi subterráneo,
y el reumatismo, que ya me perdió el respeto,
me palmea confianzudamente la rodilla
al levantarme.
Suelo morirme a las mañanas,
casi sin odio le digo que no va más
a tanta cosa ardiente que me brota ¿de donde?
y un dos, un dos, un dos,
el viejo embozalarse en molinetes,
el viejo insomnio trepando pasamanos,
un dos, un dos, un dos,
un poco de fatiga y la bufanda
y la piel de aguantar
hasta el dedo del jefe en mis papeles.
Y me muero.
Acudo al Equanil, recuerdo deudas,
me grito pobre tipo,
y ya me estoy tocando la calvicie,
y ya salgo a buscar bicarbonato,
me doy un tironcito a la mortaja,
y chau, me quedo muerto.

Pero ocurre que a veces,
a veces porque sí,
por primavera,
por cuento por salir,
o por muchacha,
me vuelvo inteligente, solidario,
sé de pronto quién soy
y donde piso.
Se me viene un pasado a la memoria
y me nace un futuro en la garganta,
crezco en el tiempo,
y me circulo entero.
y ya me nace la palabra hombre
y el prodigio de ser hasta el zapato
de puro estar cambiando el universo,
creyéndome y creyendo.

Creyéndome y creyendo
cuando le planto un no como una casa
al jefe, al comisario, a jesucristo,
cuando me doy en cacho para siempre,
haciendo lo que hago, cosas, cuentos,
pateando la tristeza,
alborotando,
dando mi piel caliente,
mis dos manos,
éste soy yo venga una copa y cante,
qué tanto fin de mes ni tanta cuenta
si el hermanito zeus
me hace señas del as
y voy matando.

Y voy matando sombras
degollando
muñecos de aserrín que dicen dónde
dónde nos lleva este sufrir sufriendo
y hasta cuándo.

Hasta cuando me saquen a tirones
de esta ciudad que es hembra
y me responde

Que todo el aire es canto
y voy cantando

Y entonces sí,
entonces sí compadre, resucito,
siento mis pies que pisan y prometen,
se me va el reuma, el hígado, el resfrío,
ando de costantini hasta los pelos,
digo gran puta y lo que soy viviendo,
le aprieto la cintura a buenos aires,
le hago un hijo de sangre, canto y cuento,
y salgo a caminar con tanta vida,
con tanta cosa ardiente aquí en el pecho.


Humberto Costantini
Argentino (1924 – 1987)

De “Cuestiones con Costantini”
Ed. Los cuatro indiecitos - 2007