Estación Quilmes: 12 dic 2010

  Jorge Ricardo Aulicino

12 de diciembre de 2010




LOS BARBAROS EN SI


Hacían chistes con la muerte, atravesaban el mar
en botes de tablas y dormían en el delta sobre las embarcaciones.
Aparecían en los noticieros con mujeres de otro planeta
y tenían fortuna en los negocios.
Murieron de peste en sanatorios refrigerados
y preferían callar las infamias: esa fue su única ética,
de dudosa estirpe.
Una mujer los vio, pero se perdió entre los autos.
Estuvieron un tiempo imposible de calcular en los desiertos cercanos
y se fueron definitivamente, la mayoría de ellos infectados,
con una muerte segura a corto plazo.
Se habla banalmente de los bárbaros ahora, pero
el misterio de su origen es casi tan grande
como el de la religión que profesaban.
Tuvieron un dios: a nosotros nos quedan las gaviotas
que no muestran decisión en resolver el problema.




ZEN


El maestro vio caer
en el polvo
sus últimas muelas.
"Eran inútiles -se dijo-; con ellas
no podía morder ya el freno del olvido.
Ahora caerán sombras sobre las colinas de mi infancia.
La noche ocupará justamente su lugar.
Estoy en mi senda".

El maestro esperó que sus muelas fueran
cubiertas por el polvo día tras día.
"La noche llega" se dijo,
"como una tormenta de tierra."

Entonces vio cuervos descendiendo sobre el camino.
Oyó trenes en la aldea cercana.
"Todavía me quedan los ojos, los oídos", se dijo con pena.
Presa del error, cayó en la noche.
"No estoy a gusto: estoy en mi senda.",
dijo, antes que lo tragara el final.





Jorge Ricardo Aulicino



Nació en Buenos Aires en 1949. Publicó Vuelo Bajo (1974), la Caída de los cuerpos (1983), Paisaje con Autor (1988) en Ediciones Ultimo Reino; Hombres en un restaurante, Almas en movimiento, La poesía era un bello país (Antología) en Editorial Libros de Tierra Firme entre otros libros.

Obra: The three umpires - Norman Rockwell