Estación Quilmes: 10/01/2011 - 11/01/2011

  Leónidas Lamborghini

31 de octubre de 2011




Taller de poesía


                                 1

Intentaban expresar en unos pocos versos, su situación
de septuagenarios a la espera del final.

                                 2

Tenían que expresarlo en una cuarteta. Sabían que si
lo lograban compensarían esa pena con el estado de
inefable alegría que sucede, de inmediato, al hallazgo
poético.

                                 3

                         Sexton: - Metro de seis sílabas.
                         Blake: - Rima de pareados.

                                 4

Empezaron:
                         Somos unas ruinas,
Primer verso que se cambió por
                         Somos cual dos ruinas,
Que se cambió y quedó:
                         Somos como ruinas,

                                 5

Continuaron:
                         que en dos pies caminan
Segundo verso que se cambió y quedó:
que fatal caminan,
Llegados a este punto (la mitad de su trabajo) los dos
amigos mantuvieron un concienzudo debate.
He aquí la síntesis.
A Sexton le gustaba más la primera versión de esta linea
que la segunda; a Blake, al revés (la segunda).
Sexton argumentaba que “en dos pies” se llevaba muy
bien con “ruinas que caminan”.
Blake, que la palabra fatal le traía a su memoria aquel
ooema de Rubén Darío, “Lo fatal”, que por otra parte,
ambos tanto admiraban.
Sexton se convenció y aceptó la segunda versión.

                                 6

Siguieron:
                         hacia el hoyo donde
Tercer verso, sobre el que no hubo discusión.

                                 7

                         toda luz se esconde
Este verso estuvo destinado a “redondear” la cuarteta.
Pero no fue así porque Sexton y Blake coincidieron en
que resultaba “demasiado previsible” y, por otro lado,
toda era sospechosa de ripio para mantener el metro
de seis.
Se cambió entonces, por
                         el misterio afonde
El intercambio de pareceres entre los dos amigos, en
torno a la palabra inexistente – afonde – inventada por
ellos, fue por demás interesante.
Recordaron que “el genial Almafuerte” se valía de este
tipo de licencia poética para solucionar problemas de
rima. Y de metro.
En cuanto al sentido, afonde, resonaba como “au fon-
de”, de el último verso de El viaje, de Baudelaire (“au
fond de l’inconnu”): “una vacilación entre sonido y
sentido”.
¿No era esta la definición misma de poesía?, se dijeron.
Finalmente afonde proveía el toque cómico e irónico-gro-
tesco (según ellos) que admiraban en los Discépolo.
La cuarteta quedó así:

                         Somos como ruinas,
                         que fatal caminan,
                         hacia el hoyo donde
                         el misterio afonde.

                                 8

Sexton
       y                         Saltaban y brincaban
Blake                         -tal fue su alegría-





Leónidas Lamborghini
Argentino (1927 – 2009)




De: “Últimos días de Sexton y Blake”
Ed. Paradiso - 2011

  Silvia Camerotto

29 de octubre de 2011




primera lección:
no existen cinco métodos
para aprender el olvido

pusiste los retratos boca abajo
después de regar las plantas

las sábanas colgadas en el balcón
te dicen que festejarás la navidad
en casa de tus padres.




no te gustan la sábanas de hotel

dormida sobre un pecho cualquiera
tuviste tu pequeña muerte

hojeando tu book de perra
harás la promesa que no podés cumplir

una mentira más no es nada
no importa el amor al despertar





Silvia Camerotto
Argentina – 1959



De: “420 minutos de abstinencia”
Ed. Del Dock – 2008

Obra: Partenón de Carlos Gorriarena


Nació en Lomas de Zamora. Licenciada en Letras. Traductora de poesía del inglés. Este es su primer libro editado. Además tiene el blog de poesía desibilasypitias.blogspot.com

  Carlos Patiño

27 de octubre de 2011




CRISTINA aquella noche


Tal vez alguno piense
que esos dedos que van y vienen
por la bruñida caoba del féretro
no podrán penetrarla. Error.
Esos dedos que van y vienen silenciosos y dulces
no sólo la perforan
sino que llegan más lejos que los llantos.
Tocan sueños y abrazos
madrugadas y aviones
paseos, libros, orgasmos
largas noches sin ojos
escondites, aplausos, alegrías.
Imprevistos sucesos y luchas y mas luchas.
Ademas de caricias, dulzuras y acechanzas.

Esos dedos que van y vienen
Invocan al amor
y a la desdicha.
Mientras el mundo se deshace
esos dedos
inventan la esperanza.



Carlos Patiño
(Inédito)



Argentino (1934), miembro del Grupo Barrilete


Obra: Noche triste - Velya Leyva

  Leopoldo Castilla

25 de octubre de 2011




XXXII
                                                                              Iba yo por el salar
                                                                              y un hombre me saludó
                                                                              desde entonces nadie sabe
                                                                              donde estoy, qué me pasó.


El silencio es azul. La montaña
como una loca
arrastra sus arterias,
se arranca las piedras alarmadas
la violencia del metal y el perdón de la nieve,
inquiere
con el cóndor que vuela en el olvido,
en el hielo, en el ventisquero
y no da con el mar que ha desaparecido.

No se acerca al salar la cordillera.
Es ánima ese páramo
donde golpea el océano con olas que no hay,
con espuma difunta.
Sin barcos, sin viento, sin peces y sin pájaros.

En el calvario sólo la respiración
de ese hombre con un hacha
como un solazo,
dividiendo la sal,

Vende panes de cemento.
Vende los huesos del mar.



Leopoldo Castilla
De "manada" 2009 - Ediciones El Mono Armado

Nació en Salta en 1947. En 1976 se exilió por razones políticas.
Actualmente vive en Argentina. Publicó numerosos libros de poesía y narrativa.

  Mario Benedetti

23 de octubre de 2011




Quiero creer que estoy volviendo


Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo
hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca
vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza
reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento vergüenza /nostalgia del exilio
en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente
vuelvo y se distribuyen mi jornadalas
manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada
propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda
me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo
tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora
vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana
nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses
vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora
todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros
vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto
vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.




Mario Benedetti
Nació en Paso de los Toros, 1920, murió en Montevideo, 2009 (Uruguay)




23 de octubre de 2011. Estación Quilmes, en este día tan especial para los argentinos, rinde homenaje a la memoria de un gran luchador: Néstor Kirchner

  Leopoldo Marechal

21 de octubre de 2011



El ingeniero de Robot se dijo:
“Hagamos a Robot a nuestra imagen
          y semejanza”.
Y compuso a Robot, cierta noche de hierro,
bajo el signo del hierro y en usinas más tristes
          que un parto mineral.
          Sobre sus pies de alambre de Electrónica,
ciñendo los laureles robados a una musa,
lo amamantó en sus pechos agrios de logaritmos.
Pienso en mi alma: “El hombre que construye a Robot
          necesita primero ser un Robot él mismo,
          vale decir podarse y desvestirse
          de todo su misterio primordial”
Robot es un imbécil atorado de fichas,
hijo de un padre zurdo y una madre sin rosas.




          Y aquí estoy, agradable de aforismos,
tal un árbol que empuja sus yemas reventonas.
          La casa de Robot está en el polo
          contrario del enigma,
y el que a Robot destruye vuelve a mirar el rostro
          perdido de la ciencia.
Yo fui un ser como todos los que nacen de vientre:
rosa más rosa menos, era igual mi niñez
          a todas las que gritan o han gritado
          junto a ríos cordiales.
Un día mis tutores, fieles a la Didáctica,
          me confiaron el arte de Robot.
Mis tutores murieron: eran santos idiotas.
Yo he regado sus tumbas con yoduro de sodio.




Leopoldo Marechal
Argentino (1900 – 1970)

De: El Poema de Robot
Ed. Tierra Firme – 1986


Poeta, narrador, dramaturgo y ensayista. Fue maestro y profesor de enseñanza secundaria. Durante el período 1944-1955 ocupó cargos oficiales. Esta última circunstancia lo llevó al enfrentamiento político con antiguos compañeros de generación literaria y relegó su propia obra al olvido durante dos décadas. Las nuevas generaciones, en cambio, redescubren la obra de Leopoldo Marechal, precursora-sobre todo en la narrativa- de las búsquedas de la literatura latinoamericana. La estrecha relación vida-obra, el voluntario exilio espiritual, la firmeza de sus convicciones, deben sumarse a los datos concretos de su biografía. A los doce años escribe sus primeros versos sin dejar por eso de deambular por las calles prefigurando al poeta que, años después, descubrirá sus símbolos. Durante la década del 20 colabora en el periódico literario Martín Fierro y en la revista Proa. En 1926 viaja por primera vez a Europa, frecuenta en España a los redactores de La Gaceta Literaria y la Revista de Occidente, y se reúne en Francia, con los pintores y escultores del llamado "grupo de París": Butler, Basaldúa, Berni, Bigatti, Forner, Fioravanti, Spilimbergo. En 1929 realiza su segundo viaje a Europa. En 1930, en París, escribe los capítulos iniciales de Adán Buenosayres. Muere en 1970 en Buenos Aires.
Entre sus obras: “Cinco poemas australes” (1937); “Centauro” (1940); “Sonetos a Sofía y otros poemas” (1940); “Vida de Santa Rosa de Lima” (1943); “Cántico espiritual” (1944); “Adán Buenosayres” (1948); “Antología Poética” (1950); “Banquete de Severo Arcángelo” (1966); “Heptamerón” (1966); “Poema de Robot” (1966); “Tres caras de Venus” (1966) ; “Historia de la Calle Corrientes” (1967)

  Edgar Allan Poe

19 de octubre de 2011




Un Peán


I

¿Cómo se leerá el rito sepulcral?
¿Cómo se cantará la solemne canción?
¿El réquiem para la muerta más adorable,
que haya muerto tan joven?


II

Sus amigos la están contemplando a ella,
Y a su féretro llamativo,
¡Y lloran! ¡Oh, para deshonrar
La belleza muerta con una lágrima!


III

Ellos la amaban por su riqueza,
Y la odiaban por su orgullo,
Pero su salud se hizo débil,
Y ellos la aman, porque murió.


IV

Me dicen (mientras hablan
De su “paño mortuorio costosamente
/Bordado”)
Que mi voz se está haciendo débil,
Que no debería cantar en absoluto.


V

O, que mi tono debería ser
Cambiado para tan solemne canción
Tan triste, tan triste,
Que la muerta no pueda sentir injusticia.


VI

Pero ella se ha ido arriba,
Con la joven Esperanza a su lado,
Y yo estoy borracho de amor
Por la muerta, que es mi novia.


VII

De la muerta, muerta que yace
Toda perfumada allí,
Con la muerte sobre sus ojos,
Y la vida sobre su cabello.


VIII

De este modo sobre el ataúd fuerte y
/largamente
Golpeo; el murmullo enviado
Por las grises recámaras a mi canción
Será el acompañamiento.


IX

Tú moriste en el junio de tu vida,
Pero no moriste demasiado bella,
No moriste demasiado pronto,
Ni con un aire demasiado calmo.


X

Por lo tanto, para ti esta noche
No elevaré ningún réquiem,
Sino que te meceré en tu vuelo,
Con un peán de los días antiguos.



Edgar Allan Poe
EEUU (1809 – 1849)

De: “Antología Poética”
Ed. Need – Trad. Marcela Testadiferro

Nació en Boston. Descendía de una familia irlandesa noble. Sus padres murieron cuando él contaba con sólo dos años. Mr. Allan, un rico comerciante sin hijos lo adoptó.
En 1827 publicó su primer poemario “Tamerlán y otros poemas”. Su primer cuento publicado fue Metzengerstein. A partir de esa época realizó trabajos editoriales vinculados a la literatura y el periodismo.
En 1836 se casó con uan prima suya, Virginia Clemm, que era su afecto más puro.
En 1847 cuando ella falleció fue inevitable su derrumbe. Ya había escxrito sus mejores textos. “El gato negro” (1843); “El cuervo” (1845); “La carta robada” (1845), y sólo vivió dos años más-
En 1849 falleció en Baltimore.

Imagen extraída de Internet. S/d de autor-

  Manuel J. Castilla

17 de octubre de 2011




La Pomeña


Eulogia Tapia en La Poma
al aire da su ternura
Si pasa sobre la arena
iba pisando la luna

El trigo que va cortando
madura por su cintura
Mirando flores de alfalfa
sus ojos negros se azulan

El sauce de tu casa
te está llorando
porque te roban Eulogia
carnavaleando

La cara se le enharina
la sombra se le enarena
Cantando y desencantando
se le entreveran las penas

Viene en un caballo blanco
la caja en sus manos tiembla
y cuando se hunde en la noche
es una dalia morena



Manuel J. Castilla
Nació en la casa ferroviaria de la Estación de Cerrillos (Salta), el día 14 de agosto de 1918. Realizó estudios primarios en la Escuela Zorrilla para luego estudiar el secundario en el Colegio Nacional de su provincia natal.
Se dedicó al periodismo y las letras. Es uno de los escritores fundadores del grupo "La Carpa". Además de sus colaboraciones en diarios y revistas nacionales, publicó los siguientes poemarios:
Agua de lluvia (1941), Luna Muerta (1944), La niebla y el árbol (1946), Copajira (1949,1964, 1974), La tierra de uno (1951, 1964), Norte adentro (1954), El cielo lejos (1959), Bajo las lentas nubes (1963), Amantes bajo la lluvia (1963), Posesión entre pájaros (1966), Andenes al ocaso (1967), Tres veranos (1970), El verde vuelve (1970) y Cantos del gozante (1972), Triste de la lluvia (1977), Cuatro Carnavales (1979). También publicó un texto en prosa: De solo estar (dos ediciones en 1957) y el libro Coplas de Salta (1972, con prólogo y recopilación de Castilla).
Falleció en Salta, el 19 de julio 1980

Intérpretes:

Suna Rocha: Voz
Lito Vitale: Piano
Rodolfo Sánchez: Percusión
Pedro: Voz, Contrabajo


Música: Cuchi Leguizamón


Esta zamba fue compuesta en 1969, como premio a quien venció a Manuel J. Castilla en un contrapunto.
El episodio sucedió unos años antes, cuando el poeta había ido a la localidad de La Poma en época de carnavales para visitar a un primo. Como dice la primera estrofa, la protagonista es Eulogia Tapia, pastora de la localidad de La Poma; o sea que ella es La Pomeña.

Eulogia Tapia



Es necesario aclarar, para quienes no conocen las costumbres del noroeste argentino, que el carnaval se festeja con harina y agua. También se estila hacer el contrapunto entre copleros, una especie de payada, o díálogo musical, algo así como un duelo de copleros, donde pierde quien no puede responder con una copla a lo que propone el adversario.
Según Amanda Aramayo, empleada del boliche "La flor del pago", el "Cuchi" Leguizamón no estaba aquella tarde allí, sino solamente Manuel J. Castilla. Luego veremos la versión de la propia Eulogia, relatada en enero de 2006 cuando se presentó en el Festival de Cosquín, que dice precisamente lo contrario.
Doña Amanda relata que Castilla ya estaba en el boliche cuando "en ese momento entró la Eulogia con la caja bajo el brazo y la cara llena de harina. Era joven, tendría 18 o 19 años en esa época y así nomás comenzó el contrapunto, que siguió hasta que Castilla no tuvo más que decir". Había ganado Eulogia. Bajo la mirada impávida del poeta derrotado la joven pomeña salió por la puerta, desató su caballo blanco y rumbeó para el lado de "las casas".
Al día siguiente Castilla pidió el tractor verde de la municipalidad -que aún camina la Puna- y fue hasta el rancho de Eulogia, ubicado en Ampostuya. Amanda recuerda que tampoco en esa oportunidad le fue muy bien por el recibimiento que tuvo en el rancho de los Tapia. "No se va a creer, si don Joaquín, el padre, era bravo como el cardón". Al regreso de la frustrada visita pasó por el boliche, "todo tiznado por el humo del tractor", según cuenta Amanda. A la mañana siguiente Castilla se fue.
Y esta es la versión de la protagonista:
"Yo he bajado de mi casa al pueblo para cantar. Ahí armaban carpas durante carnaval y se juntaban todos. Yo llegué con mi caballo blanco, como dice la canción. El Cuchi y Castilla estaban también ahí cantando con sus guitarras. Eramos muchos hasta que empezaron los contrapuntos (duelo de coplas entre uno y otro). La gente se fue yendo y yo me quedé sola con ellos dos en un duelo, hasta que les gané con una última copla que decía:"

Esta noche va a llover
agua que manda la luna
mañana han de amanecer
como pato en la laguna

"Ellos me preguntaron qué quería por haber ganado y yo les dije que me hicieran un tema".
Después el Cuchi y Castilla fueron a verla a su casa de adobe en La Poma. "Tuvieron que subir en tractor porque no había camino. Yo estaba con mi padre sembrando, entre la alfalfa, como dice el tema. También estaba el sauce, que está como llorando. Todo eso vieron. Y cuando hablan de «porque te roban Eulogia carnavaleando» era porque me habían robado una chiva. La canción recién la escuché como un año después en la radio. No me lo he creído al principio que hablaba de mí. Después me llenó de emoción."
¿Estaba el Cuchi Leguizamón esa tarde en "La flor del pago"? Probablemente tanto Amanda como Eulogia estén diciendo la verdad; aparentemente se había juntado mucha gente, y en el trajín de atender a los parroquianos la primera pudo no haberlo visto. También es posible que el Cuchi no estuviera todo el tiempo y ellas se estén refiriendo a momentos distintos. Otra cosa dudosa es que Castilla haya quedado resentido por su derrota, pues el hecho de ofrecerle un premio a quien lo venció hace pensar lo contrario. Incluso su visita a la casa de Eulogia, si uno se guía por la letra de la zamba, fue para conocerla mejor y poder escribir el tema que ella le había pedido.
Eulogia entonces tenía 18 años, ahora 60, pero su vida es la misma. Vive en la actualidad en un puesto de campo, apenas alejada del pueblo de La Poma, en el norte salteño. A pesar de la popularidad de su nombre las cosas no han cambiado mucho para ella. Cada mañana de verano se la puede encontrar con las botas de goma y ordeñando, o mateando con su marido bajo el alero de su casa de adobe.


Datos extraídos de: http://folclore-argentino.com.ar

  María del Carmen Colombo

15 de octubre de 2011




Al paso de la Madre, el helecho, única planta de la
casa, despliega sus hojas como si quisiera abanicar-
la. Es una extraña reverencia la que transforma esos
penachos de plumero en grandiosas alas de organza y
plumetí.
Ave, ave, hace la planta frente a la gran emperatriz
del patio.
Mientras cree escuchar lo que no escucha, la madre
vuela hacia aquel jardín de la infancia. Y una som-
bra indefensa la inunda. Ante el sol imperial esas
lejanas flores de pestañas tiritaban: aleteo de los ta.
llos, íntimo parpadear. “Sus sombreros antiguos in-
clinaban”, recuerda la madre, casi en voz alta, como
damas ante el candil de los eclipses.
Al regresar de su tierra natal, la emperatriz comprobó,
con gran alivio, que los plebeyos abanicos del ave
se agitan todavía en su honor. Sintió las suaves aspas
del presente continuo desatando en su cara la alegría.



María del Carmen Colombo
Argentina – 1950


De: “La familia china”
Ed. Hilos – 2011

  Javier Adúriz

13 de octubre de 2011




Antes, me refiero a la época en que el libro era un
proyecto embrionario, creía en la trascendencia me-
diante el amor, más concretamente a través del acto
amoroso. Imaginaba que aquellos primeros poemas
decían eso: que podíamos burlar el tiempo y ser una
forma viva de la eternidad.

Hoy me parece insuficiente. Quiero decir que no
me extraña, a esta altura, que semejante proyecto
haya sido un fracaso. Por eso el libro, una vez ter-
minado, se destruye a sí mismo, deshace lo que yo
soñaba como unidad sumamente poética.




Prisionero de su libertad, el libro no supo ser ilegi-
ble. Ahora, desafortunado, busca la misteriosa coin-
cidencia de un lector. Pero sólo le queda el acto,
la obsesiva dicción de su propio poder, apenas la
sombra de un sueño.

Y eso también es insuficiente: que la poesía sea su
desmesurado énfasis.



Javier Adúriz
Argentino (1948 – 2011)

De: “En sombra de elegía”
Ed. Losada – 1979


Foto: Tecnópolis

  Fernando Cabrera

11 de octubre de 2011





Puerta de los dos


Tanto salto, tanto rápido
Y llegar a esta conclusión:
Otra noche sin tu amor
Daría todo lo que tengo
Por una carta tuya
Por una foto de los dos
Cuánta tinta, tanto sádico
Nadie dijo “bajate acá”
Desconocí mi documento
Esa tarjeta de humo
Con sólo uno de los dos
Daría todo lo que tengo
Por una carta tuya
Por una puerta de los dos




Fernando Cabrera
Nacido en el barrio Paso Molino de Montevideo (1956)
Poeta y músico

Versión interpretada por: Juan Quintero

Del espectáculo "Cartas al rey de la cabina" "Poesía y canción"
Luis Pescetti y Juan Quintero


Obra: Carlos Cruz Peñafiel

  Miguel Hernández

9 de octubre de 2011




Nariz Flaca


El órgano nasal me desordena:
¡qué tentación de olores lo remueve!
Y a desembarazarme de la nieve
Me incita mayo, mayo que me apena.

Me inclino hacia el clavel; a la azucena
le desoigo el lamento claro y leve;
del lado de la rosa el pie se mueve,
y le doy el jazmín: ¡qué pura pena!

Partidario del cardo antes de ahora,
esquivando su imagen de tortura,
dejo desamparados los azahares.

¡Ay!: ¡hazte de mi bando!, el lirio llora,
Y no atiendo, y asaltan mi criatura
deseos nones y malicias pares



Miguel Hernández
España (1910 – 1942)


De: “Perito en lunas” y otros poemas.
Ed. Losada – 1984


Nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela (Alicante). Hijo de un pastor de cabras. Estudió en el colegio de los jesuitas aunque abandonó muy pronto para ganarse la vida como lechero y pastor, ya por entonces era un aficionado a la lectura sobre todo de la poesía clásica española. Estuvo interesado por el teatro y asistía a representaciones que se celebraban en la Casa del Pueblo de Orihuela, incluso llegó a participar en alguna de ellas.
Publica algunos poemas en el periódico de Orihuela y la revista El Gallo Crisis. Formó parte de la tertulia literaria, en Orihuela, de Efrén Fenoll y Ramón Sijé del que fue gran amigo. En los años 30 viaja a Madrid, busca trabajo pero, pese a sus esfuerzos, no lo consigue. Lleva sus versos al escritor Ernesto Giménez Caballero director de La Gaceta Literaria, una de las mejores revistas literarias del momento, pero no logra que se los publiquen. Publicó, esta vez en la revista Cruz y Raya, su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, fue colaborador de José María Cossio en Los toros y conoce a poetas como el chileno Pablo Neruda, y los españoles Rafael Alberti, Luis Cernuda y otros.
Se casó el año 1937 con Josefina Manresa. Afiliado al Partido Comunista Español, durante la República tomó parte en las Misiones pedagógicas, intentando llevar la cultura a las zonas más deprimidas de España. Durante la Guerra Civil española se alistó en el ejército republicano y asistió al Congreso internacional de intelectuales antifascistas de 1937 en Valencia.
Tras la guerra fue detenido en la frontera portuguesa. Condenado a pena de muerte, se le conmutó por la de treinta años, la tuberculosis acabó con su vida el 29 de marzo de 1942 en el penal de Ocaña en Toledo.

  Juan Antonio Corretjer

7 de octubre de 2011




Boricua en la luna


Desde las ondas del mar
que son besos a su orilla,
una mujer de Aguadilla
vino a New York a cantar.
Pero no, solo a llorar
un largo llanto y morir.
De ese llanto yo nací
como la lluvia una fiera.
Y vivo en larga espera
de cobrar lo que perdí.

Por un cielo que se hacía
mas feo mas más volaba
a Nueva York se acercaba
un peón de Las Marías
Con la esperanza, decía,
de un largo día volver.
Pero antes me hizo nacer
Y de tanto trabajar
se quedo sin regresar:
reventó en un taller.

De una lagrima soy hijo
y soy hijo del sudor
y fue mi abuelo el amor
único en mi regocijo
del recuerdo siempre fijo
en aquel cristal del llanto
como quimera en el canto
de un Puerto Rico de ensueño
y yo soy Puertorriqueño,
sin na, pero sin quebranto.

Y el "echón" que me desmienta
que se ande muy derecho
no sea en lo mas estrecho
de un zaguán pague la afrenta.
Pues según alguien me cuenta:
dicen que la luna es una
sea del mar o sea montuna.
Y así le grito al villano:
yo sería borincano
aunque naciera en la luna.



Juan Antonio Corretjer
Puerto Rico (1908 – 1985)

Música e intérprete: Roy Brown
Puerto Rico - 1945


En: Árboles (Roy Brown/ Silvio Rodríguez/ Afrocuba)
Estudios Ojalá – 1984


Juan Antonio Corretjer Montes (Ciales, Puerto Rico, 3 de marzo de 1908 - Río Piedras, Puerto Rico, 19 de enero de 1985) fue un poeta, periodista, escritor y político puertorriqueño que luchó por la independencia de Puerto Rico.

Roy Brown Ramírez (nacido el 18 de julio de 1945), cantautor y guitarrista puertorriqueño ferviente creyente de la independencia de Puerto Rico y además integrante de la Nueva Trova de este país.

  Gabriel Aresti Segurola

5 de octubre de 2011




La casa de mi padre


Defenderé
la casa de mi padre.
Contra los lobos,
contra la sequía,
contra la usura,
contra la justicia,
defenderé
la casa
de mi padre.
Perderé
los ganados,
los huertos,
los pinares;
perderé
los intereses,
las rentas,
los dividendos,
pero defenderé la casa de mi padre.
Me quitarán las armas
y con las manos defenderé
la casa de mi padre;
me cortarán las manos
y con los brazos defenderé
la casa de mi padre;
me dejarán
sin brazos,
sin hombros
y sin pechos,
y con el alma defenderé
la casa de mi padre.
Me moriré,
se perderá mi alma,
se perderá mi prole,
pero la casa de mi padre
seguirá
en pie.




Gabriel Aresti Segurola
España (1933 – 1975)


Fue un escritor y poeta español nacido y fallecido en Bilbao y que escribió en lengua vasca, tal vez el más importante del siglo XX en este idioma.
Su poesía evolucionó del simbolismo de su juventud a la crítica social de su madurez, ejerciendo una enorme influencia en la juventud de los años 60 y 70. Su Harri eta Herri (Piedra y Pueblo, 1964) es el libro fundacional de la moderna poesía civil vasca. Criticó, polemizó, rompió con el mito del vasco creyente, se declaró abiertamente de izquierdas, renovó también la canción y el teatro... Su muerte, coincidiendo con el fin del franquismo, cierra un ciclo de la literatura vasca.

  María Teresa Andruetto

3 de octubre de 2011




Sueño americano


Sobre el camino, personajes solitarios
instalados del otro lado del muerto ventanal,
vieron Vietnam, vieron Corea, Afganistán.
Presente perpetuo sacudido por el vértigo
de las autopistas y el desarraigo. Cierta
improvisación también, como una zapada
entre amigos, emerge y arrastra los lugares
comunes. No hay futuro ni tradición, salvo
aquellas Hojas de Hierba. Todo se funda
a cada instante y coloca en el centro
del mundo su deseo animal
de destrucción.




La nena de mamá


Era estrábica, estrambótica, ridícula.
tenía una mamá muy religiosa y se acodaba
en el Guggenheim con la camisa blanca
y los pantalones cigarette. Era una chica sixty,
heavy, dark, con el saquito black y la remera.
Era la niña buena de un mundo nuevo, la nena
de mamá. Se había enamorado de un chico gay
que estaba perdido en Oklahoma y había mudado
a Camagüey. Como toda sixty adoraba lo dirty.
Era una chica sexy, empapada en heroína
y en alcohol, era la novia del amigo de su hijo,
antes de creer en Dios.




María Teresa Andruetto
Argentina – 1954


De: “Sueño americano”
Ed. Caballo negro – 2009

Imagen extraída de www.viajeros.com

  Elvio Romero

1 de octubre de 2011




Con un silbido


Con un silbido
derribaré esa puerta, esa ventana;
penetraré en tu corazón con un silbido.
Viene, lo reconoces,
de una ancestral maraña, de un primario
temblor reiterativo convocando a las aves,
por eso te habla así, te indica derroteros,
reconoce tus aires, respira si respiras,
se liga a una costumbre de dominio secreto,
ocupa el sitio airoso donde los dos vivimos.
Se me ocurre
que cuando silbo piensas y recuerdas
los naranjales que nos dieron sombra,
el aroma quemado de un horno de ladrillos
donde la harina blanca de una raíz gemía
o el maíz ofrendaba su maravilla de oro,
se me hace que te pierdes en lejanas praderas
donde ya el caminante callado te aguardaba.
No ha de cejar su renonancia,
invadirá el tapial y los jardines del fondo,
silbido agudo y único en la siesta,
melodía insistente por donde caminemos,
siempre a tu lado en celo y vigilando,
señal de mi presencia sobre tus huellas siempre.
Y si yo no estuviera,
perdido y esparcido en una umbrosa brizna,
entre los eucaliptos, solo,
lo escucharas todavía, lo sentirás saliendo
de los recodos últimos, de los cuartos vacíos
sobresaltándote,
recordándote al hombre que a tu penumbra
uniera su penumbra.



Elvio Romero
Paraguay (1926 – 2004)

De: "El viejo fuego"
Ed. Losada - 1977

Obra: Marc Chagall


Nacido en Yegros, Paraguay, en 1926, se sitúa entre una (la del ‘40) y otra generación (la del ‘50), en la historia de la poesía paraguaya del presente siglo.
Ha recibido el elogio y el reconocimiento de numerosos lectores, entre ellos tres ganadores del Premio Nobel de Literatura, como Gabriela Mistral (que afirmaba leerlo "como acostada sobre la tierra"), Miguel Ángel Asturias ( " Poesía invadida llamo yo a esta poesía, poesía invadida por la vida, por el juego y el fuego de la vida") y Pablo Neruda ( "poesía llena de fuerza y follaje"). El poeta Hamlet Lima Quintana lo señala como uno de los referentes más importantes de nuestra poesía latinoamericana.
Es la voz poética paraguaya más conocida en el mundo hispano hablante
Obra poética: “Días roturados” (1948); “Resoles áridos” (1950); “Despiertan las fogatas” (1953); “El sol bajo las raíces” (1956); “De cara al corazón” (1961);“Esta guitarra dura” (1961); “Libro de la migración” (1966); “Un relámpago herido” (1967); “Los innombrables” (1970); “Destierro y atardecer” (1975); “El viejo fuego” (1977) “Los valles imaginarios” (1984); “Flechas en un arco tendido” (1994); “Cantar de caminante” (2007).