Estación Quilmes: 11/01/2012 - 12/01/2012

  Violeta Parra

30 de noviembre de 2012


La jardinera


Para olvidarme de ti
voy a cultivar la tierra.
En ella espero encontrar
remedio para mi pena.

Aquí plantaré el rosal
de las espinas más gruesas.
Tendré lista la corona
para cuando en mí te mueras.

Para mi tristeza, violeta azul,
clavelina roja pa’ mi pasión,
y, para saber si me corresponde,
deshojo un blanco manzanillón:
si me quiere –mucho, poquito, nada–,
tranquilo queda mi corazón.

Creciendo irán poco a poco
los alegres pensamientos.
Cuando ya estén florecidos,
irá lejos tu recuerdo.

De la flor de la amapola
seré su mejor amiga.
La pondré bajo la almohada
para dormirme tranquila.

Cogollo de toronjil,
cuando me aumenten las penas,
las flores de mi jardín
han de ser mis enfermeras.

Y si acaso yo me ausento
antes que tú te arrepientas,
heredarás estas flores:
¡ven a curarte con ellas!



Violeta Parra 
Chile (1917 – 1967)

En: Violeta – El folclore y la pasión.


Intérpretes:  Ligia Piro y Liliana Herrerro


  Liliana Souza

27 de noviembre de 2012






















VI


algún día
                  dejaré de sentir


correré las cortinas
cerraré los cajones
los puños
los dientes
me sentaré a ayunar


preguntarán quién soy
diré que ya no la que era
ni seré otra tampoco


algún día
     dejaré de pensar

     me haré la muerta





IV


haber nacido
es no tener
dónde esconderse


haber nacido
es malversar
que he muerto
mañana




Liliana Souza
Argentina – 1958

De: Cuarto de costura
Ed. Del Dock - 2012

  Luis Eduardo Alonso

25 de noviembre de 2012




Trabajo a tristeza


quien sólo vendió y vendió una nada que arrastraba blandiendo
                                                                               como un demente
y vio sus sueños en grandes letras prenderse y apagarse LEVI’S
                                                                              FORD
quien fue tornero
o pintor o telefonista alucinada por ser hermosa en la habitación
                                                                              44 del loquero
quienes soñaron que no tenían que comer y al despertar nunca
                                                                tenían que comer
quienes sin estar borrachos sólo salían de las fábricas sabiendo
                                                                que no hay más trabajo
quienes saltaron desde un edificio poseídos a altas horas
                                                                 de la desesperación
y frente a la Naturaleza muerta de las máquinas fueron felices
                                                                 con un pico y una piedra
quien en vano puso a su almacén nombres como
                                                                 EL PORVENIR
                                                                                   EL TRIUNFO
quien fue portuario y boxeador y nuevamente portuario
y quien se mató por miedo a todo esto y creyó en Dios
                                                                                   en Perón
mientras la mujer
ay mi madre lavó treinta años el mismo plato tras la melancolía
                                                                    de la jaula de los canarios
son golpes a la cabeza, al estómago
Loche esquiva en un ring donde los héroes sucumben
                                                                                     bruscamente
y aplaudimos
semejanzas
parentescos entre ídolos y el pueblo
esquivar los golpes y quedar intactos
hemos dejado las alas quietas ente un liberalismo que chorrea
                                                                                      nuestra sangre
años quemados en el propio fuego que encendimos y votamos
                                                                           aunque sea yeta nombrarlo
vivimos muy tristes, trabajamos
a tristeza




Luis Eduardo Alonso
Argentino (1951 – 2002)

De: Sudestadas (1999) - En: Los poetas de Mascaró
Ediciones Desde la Gente – 2012


Foto de Daniel Grad extraída de: www.revagliatti.com.ar

  Edgar Bayley

21 de noviembre de 2012




El poeta político


El poeta era también político. Se interesaba por los problemas
pequeños y grandes de las gentes y era capaz de encontrar y
aplicar soluciones. Su generosidad era eficiente. Podía sostener
una empresa. Podía dominar los pequeños detalles. Podía
enunciar, exponer. Su elocuencia había superado la impostura,
y entre las gentes sencillas y buenas el poeta político había
logrado ser uno más. Pero, si el poeta, más allá de la palabra,
atendía  a las cosas del mundo, sintiéndose simplemente vivir
también sentía la urgencia de la palabra misma. También
experimentaba  la necesidad de demorarse, de interrumpir la
fluencia entre el mundo y él. Entonces el poeta empezaba a
hablar para sí mismo en un intento de hablar mejor, más hondo,
a todos los hombres. Y perdía su voz y rompía su instrumento.
Así era, así será siempre.




Edgar Bayley
Argentino (1919 – 1990)

De: Obra poética  -  Ediciones Corregidor (1976)

Miembro fundador de la revista Arturo y de la Asociación Arte Concreto-Invención, fue un poeta tan libre como alegremente inteligente, y entre sus contemporáneos brilla con estilo propio.

Obra: El poeta y su sombra – Rafael Trelles

  Anne Sexton

18 de noviembre de 2012




Cuando un hombre entra en una mujer


Cuando un hombre entra
en una mujer,
como el oleaje que muerde la orilla,
una y otra vez,
y la mujer abre la boca del placer
y sus dientes brillan
como el alfabeto,
Logos aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace un nudo,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una flor
y Logos aparece
y desata los ríos.

Este hombre,
esta mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su perversidad
deshace el nudo.



Anne Sexton
Estados Unidos (1928 – 1974)

De: Poetas americanas
Ed. Leviatan – 1998

Obra: Hombre y mujer – Picasso (España)


  Federica Rosenfeld

15 de noviembre de 2012




Los ruidos


Los ruidos son triángulos chatos, especulares y
rotos. Insignificados introducidos hasta mi sangre
con tijeras de cirujano.

El ruido es un monstruo de órganos grandes, sueltos.
cuando se acerca me da la fiebre de los maxilares
y empieza a dolerme la nariz.

Los ruidos se pasean por mis encías, me pellizcan
el entrecejo y al irse dejan todos los puentes levantados.

La tonadillera Kitty lapida cada día mis ojos. Por
detrás y desde su garganta se avecina un mazo ululante
que gira por la cara interna de un tubo opaco.

Los ruidos pueden ser distraídos con harina o corcho
molido, pero emergen.




Federica Rosenfeld
De: Poetas americanas - Ed. Leviatán – 1998

Nació en Buenos Aires en 1914. Murió en la misma ciudad en 1998. Fue una de las primeras mujeres que obtuvo el título de arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Residió en la provincia de San Juan, a cuya capital se trasladó para trabajar en la reconstrucción tras el terremoto, desde 1948 hasta 1970. Publicó cuatro libros de poesía: La matinée danzante (Utopía, 1962), Cerco (Botella al Mar, 1978), La taza china (Carrá, 1986) y Poemas sin metáforas (Mugnani, 1993). Sus poemas fueron incluidos en la Antología de poesía argentina de Raúl Gustavo Aguirre (ediciones Fausto, 1973).


Obra: Barrio – Xul Solar (Argentino)





  Oliverio Girondo

12 de noviembre de 2012













9


¿Nos olvidamos, a veces, de nuestra sombra o es que nuestra sombra nos abandona de vez en cuando?
Hemos abierto las ventanas de siempre. Hemos encendido las mismas lámparas. Hemos subido las escaleras de cada noche, y sin embargo han pasado las horas, las semanas enteras, sin que notemos su presencia.
Una tarde, al atravesar una plaza, nos sentamos en algún banco. Sobre las piedritas del camino describimos, con el regatón de nuestro paraguas, la mitad de una circunferencia. ¿Pensamos en alguien que está ausente? ¿Buscamos, en nuestra memoria, un recuerdo perdido? En todo caso, nuestra atención se encuentra en todas partes y en ninguna, hasta que, de repente advertimos un estremecimiento a nuestros pies, y al averiguar de qué proviene, nos encontramos con nuestra sombra.
¿Será posible que hayamos vivido junto a ella sin habernos dado cuenta de su existencia? ¿La habremos extraviado al doblar una esquina, al atravesar una multitud? ¿O fue ella quien nos abandonó, para olfatear todas las otras sombras de la calle?
La ternura que nos infunde su presencia es demasiado grande para que nos preocupe la contestación a esas preguntas.
Quisiéramos acariciarla como a un perro, quisiéramos cargarla para que durmiera en nuestros brazos, y es tal la satisfacción de que nos acompañe al regresar a nuestra casa, que todas las preocupaciones que tomamos con ella nos parecen insuficientes.
Antes de atravesar las bocacalles esperamos que no circule ninguna clase de vehículo. En vez de subir las escaleras, tomamos el ascensor, para impedir que los escalones le fracturen el espinazo. Al circular de un cuarto a otro, evitamos que se lastime en las aristas de los muebles, y cuando llega la hora de acostarnos, la cubrimos como si fuese una mujer, para sentirla bien cerca de nosotros, para que duerma toda la noche a nuestro lado.



Oliverio Girondo
Argentino (1892 – 1967)


De: Espantapájaros
En: Veinte poemas para ser leídos en el tranvía y otras obras.
Ed. CEAL - 1991

  Valeria Pariso

9 de noviembre de 2012












Estoy
sentada en tu silencio
tan cómodamente
como si fuera mío.

La palabra nos mira
con esa cara que siempre
pone el temblor ante el silencio.



. . . . . . . . . . . . . . . .


Antes
cuando te quería
todo se podía
comprar con monedas.


. . . . . . . . . . . . . . . .




No me olvides.

Mi madre llamaba así
a unas florcitas blancas
como ojitos de azucar.
Bueno, eso es aparte.
No me olvides.





Valeria Pariso
De "Cero sobre el nivel del mar" (2012) - Ediciones Aql

Nació en la Provincia de Buenos Aires en 1970. En 1993 egresa con el título de abogada de la Universidad de Buenos Aires. Publicó antología con varios autores, entre ellos "II Colección de Autores contemporáneos - II Certámen de poesías, cuentos y cartas de amor", "Poesía encontrada" (2007), "Vuelo Íntimo" (2008) y "Lunario" (2008). Sus cuentos y poemas son publicados en numerosas revistas literarias (tanto digitales como en papel) y en diversos blogs. En 2012 publica su libro de poesía "Cero sobre el nivel del mar", Ediciones AqL.

  La Franela

8 de noviembre de 2012




Hacer un puente


Si te veo, amor,
del otro lado,
no voy a dudar,
todo lo que veo,
más todo lo que siento.
Si te veo, amor,
del otro lado,
yo voy a cruzar,
todo lo que tengo
es todo lo que intento.
Un carnaval,
un río bravo,
una calle en contramano,
un hospital abandonado,
la oscuridad,
de corazón yo voy andando de tu mano.
Si te veo, amor,
del otro lado,
no voy a dudar,
todo lo que veo,
más todo lo que siento.
Si te veo, amor,
del otro lado,
yo voy a cruzar.
Todo lo que tengo
es todo lo que intento.
Un temporal,
un circo malo,
una playa sin verano
en espiral abandonado,
la claridad,
de corazón yo voy andando de tu mano.
Sin ganar,
vos no mentís,
no está tan mal,
nada mal.
Va a ser tan lindo hacer un puente,
de verdad,
todo para vos.
Va a ser hermoso hacer un puente,
sobre el mar,
solo para vos.


La Franela
Es una banda argentina de rock formada en 2008.

  Clarín. Un invento Argentino

5 de noviembre de 2012

Publicado el 24/11/2012 por  TVPublicaArgentina 



Primer capítulo doble, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."



Segundo capítulo, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."



Tercer capítulo, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."



Cuarto capítulo, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."



Quinto y sexto capítulo, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."



Séptimo y octavo capítulo, emitido por la TV Pública, de la serie documental "Clarín. Un invento argentino."

  Mario Trejo











El aguantadero de la calle Providencia


Tengo apenas dos patrias:
la infancia y mis amigos.
Y es de noche.

Lo trajeron aquí
abrazándose el vientre
jugando al doble ciego.
Y es de noche.

Cayendo fueron los días
otoño dijo invierno.
Y es de noche.

Luego empezó a sospechar
sombras siluetas
ojos en otros ojos.
Y es de noche.

Abrió los ojos.
Todos le oyeron decir:
silencio no es olvido.
Y es de noche.

Cóndores fatigados
águilas en decadencia
volando entre delitos de perfil indeciso
bajo una nieve que cae eternamente
sobre una hoguera que arde eternamente.
Y es de noche.




Seconal 6.75


Mejor me paro ahora
y cuento mis suicidas
escopetazos en el paladar
saltos desde un décimo piso
comas barbitúricos
ahorcados al amanecer
cráneos que estallan sobre el mar y entre las rocas
caras queridas desehechas por las hélices
venas cortadas
simples balazos en la sien
tiros al aire
navajas locas

Bestiario de suicidas
Asesinos
Yo
el que estuvo entre ustedes
dónde sobrevive ahora?

Quiero encontrarlo.



El Cairo, 1971



Mario Trejo - (1926-2012)
De "Antología poética" - Fondo Nacional de las Artes

Nació en Buenos Aires.



  Pablo Queralt

2 de noviembre de 2012












12


encontrás palabras nuevas para tirarle todas las flechitas
y contarle al demiurgo de temperley y al jorobadito de la
estación que nunca estuviste ahí que por eso no olvidás
la luminosidad sin cosas del nacimiento de esos ojos

que recogen fotos en la memoria que llegan a tocar
como cuando jugabas al gallito ahí en la belleza del dolor
que se zambulle en corrientes de luz entregada palpable
nuestra, hermosa aria y alguien dice que la parte del barítono la
                                                                                       /haga

la soprano que canten todos los músicos no quiero oír las notas
solo su risa al correr sonando para siempre
en su vaso iluminado con precisión de atleta
para que el biógrafo pase por las calles
para verificar el daño del naufragio
de los cuerpos amados carcomidos por la sal

el vigilante de la noche hace su ronda
como un hombre que carece de destino
que no sabe del drama
y sueña el camino que lo leve al cielo de una vida verdadera






17


desde el fondo se escucha la música del ensayo
adictos al sexo mamá ursula papá elvis en el shock
de los planetas se salvan levitan en el desmayo del placer
nos querían tirar del avión nos querían tirar

del lenguaje como palabritas dando vueltas
a la cabeza de la calavera con sus pájaros
que matan para matar el dolor y ponen
palabras en la cabeza huéspedes de su negrura

la ilusión del yo se va diluyendo
y volvemos a este país de la
locura al teatro abierto por túneles
venas azules después hicimos un agujero

en el portón hay cosas que nunca
voy a olvidar salimos con luz en
los ojos resbalando por las veredas
escarcha y sangre pintando un cuarto

para el bebé yo sabía que esto sucedería
arnaldo estos muertos no mueren
igual vos hacé lo que tenés que hacer
después me robó la peluca y me dijo
                                                que seas feliz.




Pablo Queralt
De "Perfume animal"  -   )el asunto(    - Milena Caserola, 2011.

Nació en Buenos Aires, es poeta y médico.