Estación Quilmes: 06/01/2014 - 07/01/2014

  Emily Dickinson

30 de junio de 2014




Tuve hambre todos los años


Tuve hambre todos los años;
mi mediodía vino a comer;
yo, temblando, me acerqué a la mesa,
y probé el vino curioso.

Esto fue en mesas que vi,
cuando volviendo, hambrienta, sola,
miré por la ventana la riqueza
que no podía esperar poseer.

Yo no conocía el pan generoso;
era tan distinto de la migaja
que los pájaros y yo a menudo compartimos
en el comedor de la Naturaleza.

La hartura me hizo daño – era tan nueva –,
me sentí mal y extraña,
como baya de un árbol montañés
trasplantado al camino.

Mi yo tenía hambre; así descubrí
que el hambre era una manera de ser
de los que están del lado de afuera de las ventanas,
que los que entran llevan consigo.



Emily Dickinson
EEUU (1830 – 1886)

De: “Poetas americanas”
Ed. Leviatán – 1998
Trad. Raúl Gustavo Aguirre.

Nació en 1830, en Amherst, Massachusetts, Estados Unidos. Estudió en la academia de Amherst y en el seminario femenino de Mount Holyoke.
De hondo e introvertido lirismo, reflejo de una existencia sin exteriores, fue precursora del "Imaginismo". Escribió más de mil poemas breves, de rima regular y métrica simple, siempre en torno al amor, la naturaleza y la muerte.
Sólo dos de sus poemas fueron publicados en vida, aunque sin su consentimiento. Su obra se editó, póstuma, a partir de 1890. En 1924 se publicaron sus Complete Poems.

  Marion Berguenfeld

27 de junio de 2014




ÁNGELA

“La vida para los locos
es como la guerra para los cuerdos”.
Luis Alberto Spinetta


Ya no me suelto mariposas en las venas.

Uno y otro café, bar de provincia, la noche congelaba.
Lejana
la vincha de rigor sujetando sus malos pensamientos
una muchacha que dejaba el comedor colectivo
y salía a cazar.
La que nunca con quién dormiría.

Ya no las mariposas.
Para lavar los muertos dejamos de jugar
dejamos de jugar hace un cuarto de vida
lo que me queda va en puntas de pie.

Diez larvas, otras diez, creciéndole en la cabeza
una bolsa su cráneo melancólico.
Y el deseo de grapa que no deja pensar.
camino al desorden de la guarida.

Vamos por el alcohol
fue lo que dijo.

Dos que se empecinan en la captura.
Dos mujercitas contra los trenes.

Vamos por el alcohol.
No me dejes sola esta noche.



SUM, ESSE, SUNT


Soy este óvalo delgado.
Un cirio
al que el oxígeno
le corta la blancura.

Mis dolores secretos.
La que calla
su materia viva.

Pasajera de mi pequeñez
jugando malabares con los huesos
cantaré la no resurrección.

Por fin mi mano a través de la piedra
por fin mi verdadera fragilidad.
Apenas estos bordes quemados.

Lo intacto detrás de la sombra.




Marion Berguenfeld
De "Forense estación fantasma"

Nació en Buenos Aires en 1962, es Licenciada en Letras.


Imagen intervenida: www.estacionquilmes.blogspot.com


  Laura Yasan

23 de junio de 2014



0800 marilyn


cuando el domingo te practica su clásica
llave marilyn
y quedás estampada contra la lona gris
¿estás en el umbral equivocado
en el número vivo
en el lugar de quién?

¿es frágil como la curva de tu cuello
o es una viga negra el hierro de tu mente?

¿está el mundo debajo como un refugio lleno
o está fuera de alcance como un hombre imposible?

cuando viene a llevarte a su tierra de nadie
y te obliga a entrenar su deporte de riesgo
¿es el lunes un muro donde vas a estrellarte
o una pared de agua donde vas a flotar?

¿toda la vida?



inversiones a largo plazo


con el dinero que tengo en el banco
voy a comprar un arma
de hombre
de metal
de grueso calibre

unas costosas sábanas de mármol
de mortaja
de novia abandonada

y me voy
a volar la cabeza



preludio en sí sostenido


y que me aten
a la cama de un hospital
que una enfermera muda abra su pastillero cada veinte minutos
que me toque preludios de chopin
a las seis de la tarde cuando estalla el mercurio
y mi cuerpo es la funda de un dragón adiestrado
para increíbles números de fuego

que me frote anestesia en las encías
que suture mis labios
y dos veces al día me descargue cien voltios
si mis brazos no sueltan
si repito su nombre

que rece una plegaria sobre mi corazón
que no se me despierte

y las horas trabajen los espacios
donde pueda el olvido detenerlo



Laura Yasan
De "La llave marilyn" - Premio Casa de las Américas, Poesía, 2008

Nació en Buenos Aires, 1960.

Imagen extraída: http://www.filidaquilone.it/num031brandolini2.html

  Marosa di Giorgio

20 de junio de 2014





Mamá era finísima y altísima; su vestido granate llegaba al suelo; no se sabía cómo cabía adentro de la casa, pues, era mucho más alta que la casa.
La mitad de su cabeza – casi hasta la nariz – de pedrería.
Sobre esos rubíes, esa nuez, iba una corona, un canastito, donde portaba las golosinas y regalos.
¿La amábamos? ¿No la amábamos?
La diviso en pie junto a la mesa o marchando con nosotras a la escuela; daba miedo y perfume y un murmullo, como si estuvieses hecha de papeles de maíz y de claveles.
Y se volvía, de súbito, a matarnos.



Marosa di Giorgio 
Uruguay (1932 – 2004)

De: “Mi vestido se hunde en la bromelias y más allá no hay nada”
En: Los papeles salvajes II –  Ed. Adriana Hidalgo – 2000

Imagen extraída de: pendientedemigracion.ucm.es


  Eugenio Mandrini

16 de junio de 2014



La almohada


En mi almohada hay un tigre.

Me lava la cabeza con su aliento de fósforo,
me cuenta la selva en el oído, el matorral
donde acechan las voces del terror o el susurro, el
arte del sigilo que apaga el gemir
de las hojas secas.

En mi almohada hay un tigre.
El resplandor donde los ciegos tambalean.
La sangre de la luz que envidia el fuego.

Si duerme –raras noches-
lo hace con la cola enroscada en mi cuello
como un látigo que espera.
Si está alerta –tantas noches-
me habla. Me dice: Escribe,
con el asombro del color que soy
con el hambre de las entrañas que soy
con el brillo de oscuridad de la mirada que soy.

En mi almohada hay un tigre.
Todo tigre es un poema feroz.




Eugenio Mandrini 
Argentino – 1936

De: “Conejos en la nieve”  -  Ed. Colihue – 2009

Extraída de: www.menoscuarto.es

  Roberto Malatesta

12 de junio de 2014




Pequeños poemas


Desde el alero,
insospechada,
una luciérnaga
enciende este poema.


****************************


Mientras ibas y venías
ya es fruto
la quieta flor del naranjo.


*****************************


Por la mañana, después de la lluvia,
esquivando caracoles del camino,
es bueno llegar tarde.



Roberto Malatesta
Argentino – 1961



De: El silencio iluminado
Ed. leviatán – 2011




  Sergio Manganelli

9 de junio de 2014


                                                                       OBRA:  ELICIO MARTINEZ CORCUERA

Poema 43


Anoche viajé sin luces.

Regresando en la memoria
hacia esa patria
de exilio inevitable
que es la infancia.

Y supe cuan riesgoso
es conducir la pena.

Las pupilas
debieran venir
                  con limpiaparabrisas.



Poema 37


Hay que tener cuidado
de no tropezar con un domingo,
sobre todo a las siete de la tarde.

Que ese día no te rocen
las hebras de la telaraña,
o la espina flamante
 de un antiguo dolor.

No bebas
ni la copa turbia,
ni el café espeso
de la pena arbitraria.

Ni se te ocurra
desempolvar ayeres.

O almorzar pesadillas.

Es terrible el domingo,
con su santificada soledad
y ese desamparo de séptimo día.

Parece que Dios
tiene cerrado su shopping de milagros.

Nunca tropieces con esa jornada feroz,
sobre todo en sus tardes homicidas,
cuando tus ojos se vuelven pozos
que pueden ahogarte para siempre.

Jamás le des la espalda
a la tristeza un domingo,
menos aún si tras la puerta
viene cayendo el sol.

Te matan sin pudor.

Son días despiadados.

Nunca tropieces con un domingo
               mucho menos a las siete de la tarde.

Yo sé lo que te digo.




Sergio Manganelli



Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967.
Reside actualmente  en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense.

Fotografía: http://www.derecho.unlz.edu.ar/ventanas_2011/noticia_2011_32.html


  Joaquin Areta

5 de junio de 2014



Siempre tu palabra cerca


Lentamente la libreta
se fue llenando de poemas,
fue llenando la soledad
del poeta improvisado.

Compañero de las noches solas,
receptáculo de buenas intenciones,
vehículo donde se fundieron
la necesidad de ser
y la debilidad de no tener.

Así es como se escribe, así es,
en el desgarro de los dolores,
en el frío de una madrugada,
en la llamarada de la justicia,
en la diáfana sensación de felicidad,
en el vuelo alegre.

Nadie escribió poemas de la nada,
si su palabra era sincera.

Sólo los falsos escriben,
cuando su corazón no late.



Tengo 22 años

Tengo 22 años y parecen 100.
He visto pasar mil viajeros,
Olido muchos vapores,
Armado preciosos sueños.
Tengo 22 años y podría no tenerlos.
Muchas veces me miro
Y no sé cómo estoy.
Mi ingenuidad de adolescente
Duró, pero muy poco.
Siento el deber desde hace mucho,
Y lo estoy cumpliendo.
Aunque haya tambaleado.
Eso me hizo comprender que
Ningún hombre es invencible,
Sólo depende de las condiciones.



Joaquin Areta
Argentino (1955 – 1978)

En: Siempre tu palabra cerca - Ed. Libros de la Talita dorada – Los detectives salvajes - 2010

Era correntino y estudiante de medicina cuando fue desaparecido en 1978, Tenía 22 años y un hijo de pocos meses, llamado Jorge Ignacio.  Areta no publicó libro alguno en su corta vida, repleta de sueños truncos, pero guardaba una pequeña obra, escrita en el fragor de la vida de militante, en una libreta roja. Su compañera de entonces, Adela Segarra guardó cuidadosamente esa libreta roja y su conservación, que durante muchos años fue un tesoro familiar, permitió una recuperación de sus textos principales, que generó que  apareciera el libro Siempre tu palabra cerca, un poemario de Joaquín editado por Libros de la talita dorada, para la colección Los detectives salvajes.

Foto extraída de: opinionsur.org.ar

  Marcelo Gelman

2 de junio de 2014



Despedida


Me despido de este país.
Me despido de mis amigos,
de mis enemigos.
Amigos.
Sólo quiero recordarles
que no dejen de ser
mis amigos.
Sólo quiero recordarles
que no me olviden
a la marcha del tiempo,
a la marcha del tren
en que me vaya
que borran las huellas de la
amistad lejana.



Marcelo Gelman
Argentino (1956 – 1976)


Marcelo había estudiado en el Colegio Nacional de Buenos Aires en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Era poeta y periodista independiente, como su padre el poeta Juan Gelman. Fue secuestrado junto a su pareja María Claudia y fueron vistos en el centro de detención "Automotores Orletti", centro de operaciones argentino-uruguayo del Plan Cóndor. Allí los torturaron y en octubre de 1976 Marcelo fue asesinado de un tiro en la nuca. Su cuerpo fue escondido dentro de un en un tambor de 200 litros relleno de cemento y arena. Sus restos fueron exhumados por Equipo Argentino de Antropología Forense en 1989.